Millones de personas quieren vivir y trabajar en un país diferente al suyo pero el factor de la incertidumbre los echa para atrás. Algunos consejos para animarse a cumplir el sueño de emigrar.
Buscar y conseguir trabajo antes de emigrar
Internet hizo que la búsqueda de trabajo sea cada vez más sencilla para los profesionales. En LinkedIn es posible encontrar empresas dispuestas a contratar y emplear personas que tengan las habilidades que ellos requieren sin verles la cara personalmente ni una vez.
Sin embargo, para los no profesionales la situación suele ser diferente. En general, es necesario mudarse al país para poder hacer la búsqueda de trabajo desde el lugar. Aún así, cada vez hay más agencias que permiten la contratación por adelantado. Si por ejemplo tu objetivo es trabajar en Holanda, verás que hay empresas dispuestas a ayudarte.
A la hora de conseguir un trabajo es necesario prestar atención al costo de vida de la ciudad a la que apuntes. En el presupuesto familiar se debe incluir el alquiler, la comida, el transporte, los costos educativos de los menores (si los hay) y el seguro médico.
Aunque la mudanza se produzca con un contrato laboral firmado, siempre es recomendable tener algunos ahorros extra para invertir en este cambio de vida. Ten en cuenta que probablemente sea necesario comprar muebles o pagar costosas fianzas de alquiler. Por eso, siempre es mejor tener una reserva monetaria antes de emigrar.
Averiguar qué trámites son necesarios para vivir legalmente
Si tu objetivo es mudarte a otro país de la Unión Europea, en general los trámites de residencia son bastante engorrosos. Aunque la circulación de los ciudadanos europeos es libre dentro de la UE, los requisitos para obtener papeles de residencia legal suelen incluir la demostración de fondos o un contrato laboral.
Asimismo, muchos países, aún dentro de la Unión Europea, exigen seguros de salud para todos los miembros del grupo familiar. Si la familia tiene coche, es necesario hacer el registro legal en la dirección de tránsito del nuevo país. Si hay niños, habrá que buscarles escuela.
Finalmente, hay países en los que la burocracia es alta y en los que sacar un turno para que te atiendan para hacer estos trámites es bastante difícil. Por estos motivos, la contratación de un gestor puede ahorrar tiempo y algunos dolores de cabeza.
Aprender el idioma y familiarizarse con la cultura
Si tienes un país en la mira, investiga la cultura del lugar al que te mudarás, incluyendo las costumbres, los valores y la comida. Hay cientos de youtubers que generan contenido en castellano sobre “el lado B” de las ciudades, es decir, sobre todo aquello no aparece en las guías turísticas.
Esta investigación previa debe incluir la averiguación del costo de vida y del precio de la vivienda, además del costo de los alimentos y del transporte. Intenta imaginar cómo sería tu día a día en una ciudad determinada. ¿Cómo serían tus rutinas?
Es clave prestar bastante atención al clima y al transporte. Si sabes que será necesario movilizarte en coche, quizás sea un buen momento para anotarte en una autoescuela. Si ya tienes carnet, averigua cómo podrías validarlo en ese país.
Aprender el idioma antes de llegar también es sumamente importante, ya que te ayudará a comunicarte con las personas y a entender mejor las costumbres. Familiarizarse con la cultura local es clave para no sentir el choque de los primeros meses.
Aunque dentro de Europa los idiomas varían mucho, hay algunos países en los que la población conoce varias lenguas. Por ejemplo, gran parte de los alemanes podrá ayudarte si hablas en Inglés. Asimismo, en Suiza depende donde estés la gente hablará más francés, alemán, romanche o italiano. En estos casos hay que averiguar bien qué idioma conviene estudiar.
Una vez en el lugar puedes buscar una red de apoyo. Conecta con otros expatriados o personas que hayan vivido en el país por más tiempo que tú. Por lo general, los compatriotas saben bien lo que estás pasando y están muy dispuestos a darte una mano con lo que haga falta.
Finalmente, mantente abierto a nuevas experiencias. Emigrar es animarse a cambiar de vida. Tómalo como una oportunidad para aprender y crecer. Te esperan nuevas experiencias y desafíos, ¡adelante!