Por qué procrastinamos (y cómo arreglarlo)

Procrastinación, ese anglicismo que se ha abierto paso para definir el «dejar para luego» de toda la vida. Probablemente es uno de los problemas más grandes de productividad, de su negocio y en, general, de todo en la vida.

Siempre digo que, en ventas, mañana quiere decir nunca. Cuando te dicen, «mañana (o luego) me lo pienso, te llamo, etc», quiere decir nunca. Unas poquitas veces no, pero serán la excepción. Sin embargo hoy no vamos a hablar de ventas y resulta que, aún así, ocurre lo mismo. Cuando decimos que algo que tenemos que hacer lo dejaremos para mañana, muchas veces «mañana quiere decir nunca». Sin embargo, tenemos la tendencia natural a dejar para luego, a procrastinar.

¿Por qué?

El motivo por el que dejamos las cosas para otro rato

La culpa de eso es que somos unos optimistas. En serio, sobrevaloramos nuestra capacidad de hacer el trabajo en el futuro cuando pensamos en ello. De esta manera, medimos mal la capacidad que tendremos al día siguiente de hacer las cosas.

Todos sabemos cómo va esto, tenemos que hacer algo y decimos: «lo empiezo el lunes», que además suena a comienzo de semana y, por tanto, a momento adecuado para iniciar cosas. Sin embargo llega el lunes y acabamos enterrados en trabajo acumulado, pero, a la hora de pensar en dejar la tarea para luego, nos ocurre lo mismo que antes. Imaginamos que el martes tendremos más tiempo por esto o aquello, volvemos a ser unos optimistas respecto al futuro y lo dejamos para otro día.

Los humanos somos expertos en el autoengaño. Hemos vivido mil veces que el día de mañana no es mejor que el de hoy para hacer las cosas, pero cuando lo imaginamos, nos creemos de nuevo la mentira de que, mañana sí, mañana nos ponemos.

Somos víctimas de nuestro cerebro vago

Otro problema se une al anterior, nuestra mente siempre intenta conservar energía. Cuando tenemos por delante esa tarea que dejamos para mañana es porque nos resulta ingrata o pesada.

Puede que no nos guste, puede que sea una tarea demasiado grande o puede que, simplemente, tengamos un miedo oculto e inconsciente que hace que nos repela. Sea como sea, nuestro cerebro no quiere gastar energía mental, siempre va a buscar conservarla, así que usará todos los trucos mentales para descorazonarnos.

El más habitual es el de hacer una montaña de un grano de arena. La mayoría de tareas ingratas luego no son para tanto una vez te pones, pero nuestro cerebro gusta de pintar escenarios terribles. Pensamos en ello y una ola de aburrimiento y desgana nos invade.

Bien, ahora sabemos por qué dejamos las cosas para mañana, es una mezcla de optimismo, cerebro perezoso y repulsión de la tarea por el motivo que sea. Vamos bien porque el primer paso siempre es conocer al enemigo, pero el paso importante es vencerlo.

Que me ha funcionado de verdad para vencer el dejar para luego

Se han escrito libros enteros sobre esto y se han propuesto multitud de soluciones, algunas más complejas que el problema en sí (señal de que no funcionarán).

Lo que sí me ha funcionado en lo personal todo este tiempo es:

1.- Dividir la tarea en los trozos más pequeños que se pueda

Esta es la clave. Mientras la tarea parezca grande, nuestro cerebro la hará más grande todavía. Su misión es trocear esa tarea en pedazos tan pequeños, que no pueda inventarse que es una montaña.

Tendremos mucha menos tendencia a procrastinar cuando sea una cuestión de pocos minutos. ¿Tiene que escribir un libro? Plantéese escribir una sola página. ¿No puede dividir en tareas más pequeñas? Siempre puede dividir en tiempo más pequeño, es decir, ponerse sólo cinco o diez minutos. Póngase un reloj, marque diez minutos en el cronómetro y adelante. Cuando terminen, se acabó.

2.- No piense, haga

Al final, seamos sinceros, estos «problemas de mundo moderno» se arreglan siendo unos adultos y poniéndonos a hacer lo que tenemos que hacer. Hay gente que es así, con esa mentalidad de, como decía el eslogan, simplemente hazlo. Con el hábito viene esa mentalidad, pero hasta entonces use la técnica anterior de los trozos pequeños y no piense, haga.

Cuando su mente empiece a imaginar y transmitir las sensaciones, no haga caso, canturree o lo que sea y vaya empezando a teclear esas facturas o a ordenar esos libros. Al fin y al cabo sólo son 5 minutos.

Pero aquí viene el «quid» de la cuestión. Nuestro cerebro es muy perezoso para empezar, pero cuando ha empezado, muchas veces quiere seguir, sobre todo cuando se ha concentrado. Vea a su cerebro como una máquina muy determinada por la inercia. Le cuesta arrancar si está parado, pero tiende a seguir cuando está en marcha.

El truco de los 5 minutos es éste: en la mayoría de ocasiones querrá continuar después de esos 5 minutos, si es así, siga. Si no es así, pues nada, el pacto eran 5 minutos. Otro rato después puede ponerse 5 minutos más.

3.- Ponerse en la línea de fuego

Al final, esto es lo más efectivo, que haya consecuencias si no hacemos las cosas. Cuando tengo que entregar los impuestos al día siguiente, puede que me mortifique Hacienda con sus trámites kafkianos, pero empiezo y no paro hasta que termino, porque si no lo hago a tiempo, multa.

Al final los humanos somos así, nos movemos cuando nos pincha la punta de la espada. Si ha quedado en un compromiso, no dejará las cosas para mañana.

Visto esto, la solución es sencilla, adquiera compromisos. Que haya consecuencias reales si no hacemos las cosas, porque así, verá como las hace.

4.- Recordar por qué dejamos para mañana

Recuerde que somos demasiado optimistas y que nos autoengañamos. A nadie le gusta que le engañen, aunque sea uno mismo. Todos estos procesos son inconscientes, pero he aquí algo interesante de esos procesos: cuando los haces conscientes, cuando los conoces, empiezas a verlos actuar y tienen menos poder sobre ti.

Recuerde todo esto, recuerde que no hay mejor momento que el ahora. Y haga eso que tiene que hacer, ya sabe a lo que me refiero.

1 comentario en “Por qué procrastinamos (y cómo arreglarlo)”

  1. Recursos para Pymes

    Estimado Luis:

    Ya se puede acceder libremente al contenido, había un error que restringía el acceso, pero ya se ha solventado. Gracias por el aviso, espero que le resulte interesante.

    Un saludo.

Los comentarios están cerrados.

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