Si vas a emprender, sé el mejor o no seas nada

sé el mejor emprendedor o no seas nada

La cuestión principal a la hora de emprender es: Si no estás en esto para ser el mejor, entonces lo mejor es que ni nos molestemos.

No, en serio, todo lo que vemos aquí a menudo: la diferenciación, el apuntar a los mejores clientes, el seguimiento y el resto de cosas se basan en procurar ser los mejores en lo que hacemos, en que nuestro producto esté ahí para dejar boquiabiertos o nada.

Porque sin esta condición, ninguna de las otras cosas funciona.

De veras que el mundo no necesita el enésimo asesor o informático exactamente igual de indolente que el resto, igual que no necesita otra app más que no destaque por nada excepto por ocupar espacio en el móvil. No necesita otro bar, ni otra fruteria que estén ahí solo para hacer las cosas exactamente igual que la de 5 metros más allá.

Si no vamos a enfocar nuestra actividad como una labor de artesano que se esfuerza por hacer las cosas mejor cada día, y ser superior al resto o morir en el intento, entonces nos irá mejor si buscamos un trabajo. Por desgracia, seremos como el 99% de gente que lo hace solamente para recoger su nómina a fin de mes, pero al menos no nos arruinaremos.

Y sé lo que todos piensan, porque yo también lo pensaba: que sí, que yo voy a ser diferente y especial.

En mi experiencia todos estos años, este es el engaño más común y no hay nadie a quien podamos engañar más fácilmente que a nosotros mismos.

A pesar de que no hablo mucho de ella porque se magnifica hasta el extremo de vender humo y solo humo, sí hace falta una pasión por emprender.

Pero como se dice en matemáticas, y este es un concepto que me parece muy útil, la pasión es una condición necesaria para emprender, pero nunca es suficiente.

Es decir, la pasión por sí sola no va a obrar milagros como algunos nos quieren hacer creer. Nadie me va a pagar por la pasión que le he puesto a las cosas, sino solo en el caso de que esa pasión le solucione a él un problema. Pero también es cierto que, si no tenemos pasión por lo que hacemos, seguramente no estaremos dispuestos a llegar más lejos que la competencia.

Esta es la clave de todo: del marketing, del producto y de las ventas. ¿Estamos dispuestos a llegar tan lejos con lo nuestro que la competencia ni se plantee intentar algo similar, porque simplemente es demasiado?

Si la respuesta es no, estamos fallando aquí y fallaremos en el resto de cosas que vamos a ver. Si la respuesta es no, entonces carecemos de la mentalidad adecuada que lleva a tener un cierto éxito en lo que emprendamos. Sin ella no podremos aspirar a buenos clientes, ni podremos pedir precios elevados por lo que hacemos, dos de los factores más importantes para poder ser rentables.

Eso sí, podemos ser el tonto con suerte que lo consiga. Al fin y al cabo, todo el mundo tiene suerte alguna vez, pero nadie la tiene todo el tiempo. Y en esos momentos en los que la suerte no esté de nuestro lado, más vale que tengamos esa mentalidad de ser los mejores o no ser nada.

En el término medio no se gana, no se vende, no se consigue nada relevante. En el término medio es donde la mayoría vive por pura definición, pero las victorias están en los extremos.

Es obvio que la vida no es equitativa. Ganan unos pocos y, en el contexto actual, se está acentuando el hecho de que esos pocos ganan casi todo. El fenómeno de desigualdad es cada vez más acumulativo. Sólo unos pocos productos son líderes, sólo unos pocos resultados de Google son los que se llevan el clic… Todo el mundo quiere ser de esos pocos, pero nadie está dispuesto a realizar el trabajo para conseguirlo.

Nadie tiene la mentalidad de llegar tan lejos como la competencia en su producto o servicio y, después, seguir caminando en vez de detenerse. Hacerlo hasta que uno vuelva la vista atrás y ya no sea capaz de ver esa competencia de lo alejada que se ha quedado.

¿Tenemos esa mentalidad? ¿Estamos dispuestos a ser los mejores en lo que hacemos?

Si la respuesta no es un sí rotundo (no valen los síes tímidos, ni los síes por compromiso) entonces debemos pensarnos muy mucho lo de emprender por nuestra cuenta.

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