Por qué las ideas no importan a la hora de emprender o gestionar un negocio

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Si tuviera un euro por cada emprendedor que me ha contactado con la última idea genial que se le había ocurrido… No voy a mentir con el tópico de que sería rico, pero sí podría haberme permitido un par de cenas a la salud de eso.

Y muchos no sólo te dicen que su idea es genial, sino que luego te preguntan sobre quedar y «ver cómo podemos hacer algo con eso».

Nunca le diga eso a otra empresa o emprendedor, porque los de verdad no tienen tiempo de dejar las mil cosas que les ocupan para «ver qué se puede hacer».

Y tampoco intente vender ideas, porque la realidad es que las ideas no valen nada.

Así es el mundo real, las ideas no tienen valor alguno porque todo el mundo tiene mil ideas en su cajón, yo tengo un puñado tremendo apuntadas por todas partes. Cuando alguien me dice si quiero escuchar su idea genial, le digo que no tengo mucho tiempo, pero quizá él quiera escuchar las docenas que tengo yo.

La realidad es que la idea no importa, es la ejecución la que importa. Cuando me viene alguien con una idea y me dice: «Mira», enseñándome algo tangible porque ha actuado sobre su idea, entonces me paro y escucho.

Hay un episodio de la serie Big Bang Theory en el que un viejo compañero de instituto del protagonista retoma el contacto porque tiene una idea genial. Unas gafas que hagan que todo lo que veas en la televisión se aprecie en 3D. El protagonista le dice que es una buena idea y que cómo lo piensa hacer, a lo que el otro responde que no tiene ni idea, que eso ya se lo dejaba a él, que era el genio.

Será una anécodta tonta, pero no se imagina cómo el mundo de los negocios se parece mucho a ella en ocasiones.

No sea así, por favor. Y no pierda su tiempo con aquellos que sólo tienen ideas geniales. La realidad es que nunca son tan geniales y que si esa persona no las está ejecutando, y no está enfocado en dicha ejecución, esa es una señal bastante probable de que está con alguien que le hará perder el tiempo.

Como bien dice Derek Sivers, el valor de la idea está en la ejecución y hasta que no se actúa sobre ella, la idea vale prácticamente cero.

Todo emprendedor de verdad está enfocado en una cosa, la acción masiva. Y la acción masiva pronto se encuentra con otra cosa, falta tiempo por todas partes. Por eso los enfocados a la acción, los que están aportando valor real, no tienen tiempo de escuchar «ideas geniales» que no están concretadas siquiera, ni mucho menos comenzadas.

Por eso, las ideas no valen nada. En negocios y economía el valor básico de cualquier cosa radica en la escasez, y las ideas, junto a las opiniones, son la mercancía más común, todo el mundo tiene mucho de ambas cosas.

Lo escaso, lo valioso, son aquellos que las ejecutan. Los que crean cosas tangibles, los que terminan lo que empiezan. Ahí está el valor real y si queremos ser emprendedores de verdad, tenemos que ser de esos.

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