Las lecciones más duras que tienen que aprender las nuevas empresas

Por que le mienten con eso de emprender

En otra ocasión ya pasó por aquí Paul Graham, emprendedor de emprendedores, probablemente una de las personas que más sepa del tema, aunque sólo sea por la vasta experiencia acumulada en tema y la incontable cantidad de emprendedores con los que ha trabajado.

Así que nadie mejor que él para hablar de las lecciones más duras que todo emprendedor debe aprender y aceptar.

Este emblemático artículo, escrito allá por 2006, sigue siendo más vigente hoy que nunca y debería ser de obligada lectura para todo aquel que quiera crear una empresa.

Así que aquí está por primera vez en español. Sin mas dilación, el incomparable Paul Graham y Las lecciones más duras que tienen que aprender las nuevas empresas (enlace al original en inglés).


(Este ensayo se deriva de una charla en la Escuela de Emprendedores en 2006)

Las nuevas empresas que hemos financiado hasta ahora son bastante rápidas, pero son más rápidas aprendiendo unas lecciones que otras. Creo que eso se debe a que algunas cosas concernientes a lo que implica una nueva empresa resultan contra-intuitivas.

Ya hemos invertido en bastantes empresas y hemos aprendido un truco para determinar qué puntos contrarios a la intuición son esos: Son los que tengo que estar repitiendo una y otra vez a esas nuevas empresas.

Así que voy a enumerar estos puntos, y tal vez con las futuras nuevas empresas seré capaz de lograr alguna forma de codificación de Huffman. Voy a hacer que todos los emprendedores lean esto y, entonces, en vez de regañarles en detalle, simplemente podré decir: ¡Número cuatro!

1. Saca algo pronto

Lo que probablemente más repito es esta receta para una nueva empresa: Conseguir una primera versión de lo que estés haciendo rápido, y después mejorarla en base a las reacciones de los usuarios.

Por «saca algo pronto» no me refiero a que hay que comercializar algo lleno de errores, sino a que se debería salir con algo mínimo. Los usuarios odian los errores, pero no parece importarles una primera versión mínima, si es que próximamente hay más versiones a la vista.

Hay varias razones por las que compensa tener hecha rápidamente una versión 1. Una de ellas es que es, simplemente, la manera correcta de escribir software, ya sea para una nueva empresa o no. Lo llevo repitiendo desde 1993 y no he visto mucho desde entonces que lo contradiga. He visto una gran cantidad de nuevas empresas que han muerto porque eran demasiado lentas sacando cosas, y ninguna porque fuera demasiado rápida.[1]

Una de las cosas que te sorprenderán, si creas algo popular, es que no vas a conocer a tus usuarios. Reddit cuenta con casi medio millón de visitantes únicos al mes. ¿Quién es toda esa gente? No tienen ni idea. Ninguna nueva empresa la tiene. Y ya que no conoces a tus usuarios, es peligroso intentar adivinar lo que les gusta. Mejor sacar algo y dejar que ellos te lo digan.

Wufoo se tomó esto muy en serio y sacaron su aplicación de construcción de formularios antes de tener la base de datos que va por debajo. Ni siquiera podías conducir aquello, pero 83.000 personas acudieron a sentarse en el asiento del conductor y sujetar el volante. Y Wufoo obtuvo una información muy valiosa de esto: los usuarios de Linux se quejaron de que utilizaban demasiado Flash, por lo que volvieron a escribir su software con el fin de no hacerlo. Si hubieran esperado a sacar todo a la vez, no habrían descubierto este problema hasta que hubiera sido más grave.

Incluso si no tuvieras usuarios, seguiría siendo importante sacar algo rápidamente, porque para una nueva empresa, una puesta en marcha de la versión inicial es como un viaje de prueba. Si algo importante está roto —si la idea no es buena, por ejemplo, o los fundadores se odian—, el estrés de conseguir esa primera versión lo sacará a la luz. Y si tienes este tipo de problemas, los vas a querer descubrir pronto.

Sin embargo, tal vez la razón más importante para sacar algo raṕidamente es que te hace trabajar más duro. Cuando estás trabajando en algo que no ha salido al exterior, los problemas son intrigantes. En algo que ya está ahí fuera, los problemas son alarmantes. Hay mucha más urgencia una vez que has salido al mercado. Y creo que esa es precisamente la razón por la que la gente lo retrasa. Saben que tendrán que trabajar mucho más duro una vez lo hagan.[2]

2. Sigue sacando características nuevas

Por supuesto, «sacar algo pronto» tiene un segundo componente sin el cual sería un mal consejo. Si vas a empezar con algo que no hace muchas cosas, más vale que lo mejores rápido.

Lo que repito a menudo es: «Bombead características.» Y esta regla no es sólo para las etapas iniciales. Esto es algo que todas las nuevas empresas deben hacer durante el tiempo en el que quieran ser consideradas como iniciativas emprendedoras.

No me refiero, por supuesto, a que se deba hacer una aplicación cada vez más compleja. Por «característica» me refiero a una unidad de hackeo, a un grado de mejora de las vidas de los usuarios.

Al igual que con el ejercicio, las mejoras engendran mejoras. Si corres todos los días, es probable que te sientas con ganas de correr mañana. Pero si dejas de correr un par de semanas, supondrá un esfuerzo arrastrarte a hacerlo de nuevo. Lo mismo sucede con esta clase de hacking: cuantas más ideas pongas en práctica, más ideas tendrás. Debes hacer mejor tu sistema, de algún modo, cada uno o dos días.

Esta no es sólo una buena manera de llevar a cabo un desarrollo, también es una forma de marketing. Los usuarios aman un sitio que está en constante mejora. De hecho, los usuarios esperan de un sitio que mejore. Imagina que has visitado un sitio que parecía muy bueno y, a continuación, regresas dos meses después y ni una sola cosa ha cambiado. ¿No te empezaría a parecer pobre?[3]

Les gustará aún más si mejoras en respuesta a sus comentarios, ya que los clientes están acostumbrados a que las empresas hagan caso omiso de ellos. Si eres la rara excepción —una empresa que realmente escucha— vas a generar una lealtad fanática. No necesitarás hacer publicidad, ya que tus usuarios la harán por ti.

Esto parece obvio también, así que ¿por qué tengo que seguir repitiéndolo? Creo que el problema aquí es que la gente se acostumbra a cómo son las cosas. Una vez que un producto pasa la etapa en la que tiene importantes defectos, se empieza a acostumbrar a él, y poco a poco, las características que tenía se convierten en su identidad. Por ejemplo, dudo que mucha gente de Yahoo (o de Google) se diera cuenta de lo mucho mejor que podía ser el correo web hasta que Paul Buchheit se lo mostró.

Creo que la solución es asumir siempre que todo lo que has hecho está aún muy lejos de lo que podría llegar a ser. Forzarse, como una especie de ejercicio intelectual, a seguir pensando en mejoras. De acuerdo, está claro, lo que tienes es perfecto. Pero si tuvieras que cambiar algo, ¿qué sería?

Si el producto parece terminado, hay dos explicaciones posibles: (a) Está realmente terminado, o (b) Careces de imaginación. La experiencia sugiere que (b) es mil veces más probable.

3. Haz felices a los usuarios

La mejora constante es una instancia de una regla más general: haz feliz a los usuarios. Una cosa que todas las nuevas empresas tienen en común es que no pueden obligar a nadie a hacer nada. No pueden obligar a nadie a utilizar su software y no pueden obligar a nadie a hacer negocios con ellos. Una nueva empresa tiene que cantar si quiere cenar. Es por eso que los que tienen éxito hacen grandes cosas. Tienen que hacerlo, o mueren.

Cuando estás gestionando una nueva empresa te sientes como un puñado de escombros derruido por vientos fuertes. El más poderoso de esos vientos son los usuarios. Pueden empujar las velas de tu nave hacia el cielo, como lo hicieron con Google, o dejarte tirado sobre el asfalto, como hacen con la mayoría de nuevas empresas. Los usuarios son un viento caprichoso, pero más potente que cualquier otro. Si te llevan, ningún competidor puede mantenerte a raya.

Como pequeño pedazo de escombro que eres, lo racional no es estirarte en el suelo, sino adoptar una forma que permita que el viento te lleve.

Me gusta la metáfora de viento porque te recuerda lo impersonal que es el flujo de tráfico. La gran mayoría de personas que llegan a tu sitio serán visitantes ocasionales. Es para ellos para los que tienes que diseñar dicho sitio. Las personas que están realmente interesadas encontrarán por sí mismos lo que buscan.

El visitante medio llegará con su dedo sobre el botón de «Volver atrás». Piensa en tu propia experiencia: la mayoría de los enlaces que sigues llevan a algo mediocre. Cualquiera que haya usado la web más de un par de semanas ha sido entrenado para hacer clic en «Volver» después de seguir un enlace. Es por eso que tu sitio tiene que decir «¡Espera! No haga clic en Volver. Este sitio no es patético. Mira esto, por ejemplo.»

Hay dos cosas que puedes hacer para que la gente se detenga. La más importante es explicar, de la forma más concisa posible, de qué diablos va tu sitio. ¿Con qué frecuencia has visitado un sitio que parecía asumir que ya sabías lo que hacía? Por ejemplo, el sitio corporativo que dice que la compañía crea soluciones de gestión de contenido empresarial para compañías, que permiten a las organizaciones unificar a las personas, los contenidos y procesos, a fin de minimizar el riesgo de negocio, acelerar el tiempo de obtención de valor y mantener el coste total más bajo.

Una empresa ya establecida puede salirse con la suya utilizando una descripción tan opaca, pero ninguna nueva empresa puede. Un emprendedor debe ser capaz de explicar en una o dos frases exactamente lo que hace. [4] Y no sólo a los usuarios. Es necesario que lo haga para todo el mundo: inversores, compradores, socios, periodistas, empleados potenciales, e incluso los empleados actuales. Es probable que ni siquiera debas iniciar una empresa para hacer algo que no se puede describir de manera convincente en una o dos frases.

La otra cosa que repito es dar a la gente todo lo que tienes, de inmediato. Si tienes algo impresionante, trata de ponerlo en la primera página, porque es la única que la mayoría de los visitantes verá. Aunque ciertamente hay una paradoja aquí: cuanto más muestres lo mejor en la primera página, más probable será que los visitantes exploren a fondo. [5]

En el mejor de los casos estas dos sugerencias aparecen combinadas: le dices a los visitantes de qué va tu sitio, mostrándolo. Uno de los consejos estándar en escritura de ficción es: «Mostrar, no decir». No digas que un personaje está enfadado; haz que rechine los dientes, o que rompa el lápiz por la mitad. Nada va a explicar mejor lo que hace su sitio que usarlo.

El término de la industria aquí es «conversión». El trabajo de tu sitio es convertir visitantes ocasionales en usuarios, sea cual sea tu definición de usuario. Puedes medir esto en tu tasa de crecimiento. O bien tu sitio está tomando fuerza, o no, en cuyo caso debes saber por qué. Si tienes un crecimiento aceptable, al final ganarás, no importa cómo de oscuro parezca ahora. Y si no estás teniendo dicho crecimiento, tienes que arreglar algo.

4. Teme a las cosas adecuadas

Otra cosa que me encuentro diciendo a menudo es: «No te preocupes». En realidad, más bien suele ser: «No te preocupes por eso, preocúpate por esto otro en su lugar». Las nuevas empresas hacen bien en ser paranoicas, pero a veces temen a las cosas equivocadas.

La mayoría de los desastres visibles no son tan alarmantes como parecen. Los desastres son normales cuando empiezas: uno de los fundadores se marcha, se descubre una patente que cubre lo que estás haciendo, tus servidores siguen fallando, te encuentras con un problema técnico irresoluble, tienes que cambiar tu nombre, un acuerdo fracasa… Todo esto es normal. No te va a matar a menos que les dejes.

Tampoco lo hará la mayoría de los competidores. Una gran cantidad de nuevas empresas se preocupan de cosas como: «¿Qué pasaría si Google construye algo como lo que hacemos nosotros?». En realidad las grandes empresas no deben ser el motivo de preocupación, no, ni siquiera Google. La gente de Google es inteligente, pero no más inteligente que tú; y no van a estar tan motivados, ya que Google no va a ir a la quiebra si este o el otro producto falla. E incluso en Google tienen una gran cantidad de burocracia que aminora su velocidad.

Lo que debes temer, como emprendedor, no es a los jugadores ya establecidos, sino a otras nuevas empresas que no sabes que existen todavía. Son mucho más peligrosas que Google, ya que, como tú, son animales acorralados.

Buscar sólo a los competidores existentes te puede dar una falsa sensación de seguridad. Debes competir contra lo que alguien podría estar haciendo, no sólo lo que puedes ver que está haciendo la gente. Un corolario es que no debes relajarte sólo porque no tienes competidores visibles todavía. No importa cuál sea tu idea, hay alguien más por ahí trabajando en lo mismo.

Esa es la desventaja de que hoy día sea más fácil fundar una nueva empresa: más personas lo están haciendo. Pero no estoy de acuerdo con Caterina Fake cuando dice que eso convierte a este en un mal momento para iniciar una nueva empresa. Más personas están empezando nuevas empresas, pero no tantas como podrían. La mayoría de los licenciados todavía piensa que tiene que conseguir un trabajo. La persona promedio no puede ignorar algo con lo que ha sido golpeada en la cabeza desde que tenía tres años, sólo porque tener una página web se ha vuelto mucho más barato.

Y en cualquier caso, los competidores no son la amenaza más grande. Muchos más emprendedores se ahogan a sí mismos de los que son aplastados por la competencia. Hay muchas maneras de hacerlo, pero los tres principales son: los conflictos internos, la inercia y hacer caso omiso de los usuarios. Cada uno de los motivos es, por sí solo, suficiente para morir. Pero si tuviera que elegir el peor de ellos, sería ignorar los usuarios. Si deseas una receta para una empresa que va a morir, aquí está: un par de emprendedores tienen alguna gran idea que saben que todo el mundo va a amar, y eso es lo que van a construir, no importa lo que ocurra.

El plan inicial de casi todo el mundo está roto. Si las empresas se apegaran a sus planes iniciales, Microsoft vendería lenguajes de programación y Apple placas de circuito impreso. En ambos casos, sus clientes les dijeron lo que su negocio deberían ser: y fueron lo suficientemente inteligentes como para escuchar.

Como dijo Richard Feynman: «La imaginación de la naturaleza es mayor que la imaginación del hombre». Encontrarás más cosas interesantes por ver el mundo de lo que puedes producir con sólo pensar. Este principio es muy potente. Es la razón por la cual la mejor pintura abstracta aún está lejos de Leonardo, por ejemplo. Y se aplica a las nuevas empresas también. Ninguna idea de producto será tan inteligente como las que se pueden descubrir estrellando un haz de prototipos contra un haz de usuarios.

5. El compromiso es una profecía auto-cumplida

Ahora tengo suficiente experiencia con nuevas empresas como para ser capaz de decir cuál es la cualidad más importante en un fundador, y no es la que piensas. La cualidad más importante es la determinación. Determinación, no inteligencia.

Esto es un poco deprimente. Me gustaría creer que Viaweb tuvo éxito porque éramos inteligentes, no sólo determinados. Una gran cantidad de personas en el mundo emprendedor quieren creer eso. No sólo los fundadores, los inversores también. A ellos les gusta la idea de habitar un mundo regido por la inteligencia. Y se puede decir que realmente creen esto, porque afecta a sus decisiones de inversión.

Una y otra vez los VC’s invierten en nuevas empresas fundadas por profesores eminentes. Esto puede funcionar en biotecnología, donde una gran cantidad de nuevas empresas simplemente comercializan la investigación existente, pero cuando se trata de software, quieres invertir en estudiantes, no en profesores. Microsoft, Yahoo y Google fueron fundadas por personas que abandonaron la escuela para hacerlo. Lo que los estudiantes carecen en experiencia, lo compensan más que de sobra con dedicación.

Por supuesto, si quieres hacerte rico, no es suficiente con ser determinado. Tienes que ser inteligente también, ¿verdad? Me gustaría pensar que sí, pero tuve una experiencia que me convenció de lo contrario: pasé varios años viviendo en Nueva York.

Se puede perder mucho en el departamento de cerebros y sin embargo eso no te va a matar. Pero pierde siquiera un poco en el departamento de compromiso, y eso te va a matar muy rápidamente.

Gestionar una nueva empresa es como caminar sobre las manos: es posible, pero requiere un esfuerzo extraordinario. Si se le pide a un empleado ordinario que haga las cosas que hace un emprendedor, terminaría muy indignado. Imagínate que te contratan en una gran empresa y, además de tener que escribir software diez veces más rápido de lo que nunca habías tenido que hacerlo, se espera tambien que respondas a las llamadas de soporte, administres los servidores, el diseño del sitio web, las llamadas a clientes en frío, encuentres una oficina y salgas a conseguir el almuerzo de todos.

Y tendrás que hacer todo esto, no en el ambiente tranquilo de una gran empresa, sino en un contexto de constantes desastres. Esa es la parte que realmente exige determinación. En una nueva empresa siempre está ocurriendo algún desastre. Así que si estás inclinado a encontrar una excusa para abandonar, allí hay siempre una.

Pero si carecen de compromiso, lo más probable es que te hayan estado dañando mucho antes de que finalmente se marchen. Todos los que gestionan nuevas empresas saben lo importante que es el compromiso, por lo que, si tienen la sensación de que estás ambivalente, no te prestarán mucha atención. Si careces de compromiso, vas a encontrarte que, por alguna razón misteriosa, le suceden cosas buenas a tus competidores, pero no a ti. Si careces de compromiso, te parecerá que tienes mala suerte.

Mientras que si estás decidido a permanecer, la gente te prestará atención, porque las probabilidades son que tendrán que tratar contigo tarde o temprano. Eres uno de los suyos, no un turista, por lo que tendrán que llegar a acuerdos contigo.

En Y Combinator a veces nos equivocamos financiando a equipos que tienen la actitud de que van a dar a la nueva empresa una oportunidad de tres meses y, si algo grande sucede en ese tiempo, siguen con ella. «Algo grande», es decir, que alguien los quiera comprar o invertir millones de dólares en ellos. Pero si esta es la actitud, ese «algo grande» es muy poco probable que ocurra, porque ambos, compradores e inversores, te juzgan por tu nivel de compromiso.

Si un comprador piensa que te vas a quedar sin importar lo que ocurra, va a ser más propenso a comprar, porque si no lo hace y te quedas, es probable que crezcas, tu precio va a subir y desearían haber comprado antes. Lo mismo vale para los inversores. Lo que realmente motiva a los inversores, incluso a los grandes capitalistas de riesgo, no es la esperanza de un buen rendimiento, sino el miedo a la pérdida. [6] Así que si dejas claro que vas a tener éxito, sin importar lo que suceda por el camino, y la única razón por la que los necesitas es para hacer que eso suceda un poco más rápido, es mucho más probable conseguir ese dinero.

No se puede fingir esto. La única forma de convencer a todos de que estás listo para luchar hasta la muerte es que en realidad seas capaz de hacerlo.

Sin embargo, tienes que tener el tipo correcto de determinación. Elegí cuidadosamente la palabra determinado en lugar de terco, porque la terquedad es una cualidad desastrosa en una nueva empresa. Tienes que ser determinado, pero flexible, como un corredor de fútbol americano. Un corredor de éxito no sólo baja la cabeza y trata de correr a través de la gente. Improvisa. Si alguien aparece frente a él, corre alrededor de ellos; si alguien intenta agarrarlo, se sale de su control. Incluso corre en la dirección equivocada brevemente si eso ayuda. La única cosa que nunca va a hacer es quedarse quieto. [7]

6. Siempre hay espacio

Estaba hablando hace poco con un emprendedor acerca de si sería bueno añadir un componente social a su software. Dijo que no lo creía así, porque todo lo social había quedado algo tocado. ¿De Verdad? ¿Así que dentro de cien años los únicos sitios de redes sociales serán el Facebook, MySpace, Flickr y Del.icio.us? No es probable.

Siempre hay espacio para cosas nuevas. En cada momento de la historia, incluso en los tiempos más oscuros de la Edad Media, la gente estaba descubriendo cosas que hizo que todos dijeran: «¿Por qué nadie ha pensado en esto antes?». Esto seguía siendo verdad en 2004, cuando Facebook fue creado, aunque estrictamente hablando, otra persona ya había pensado en eso.

La razón por la que no vemos las oportunidades a nuestro alrededor es que nos ajustamos a cómo son las cosas, y asumimos también que es como tienen que ser. Por ejemplo, parecería una locura para la mayoría de la gente tratar de hacer un mejor motor de búsqueda que Google. Seguramente ese campo, al menos, sí está dominado. ¿De Verdad? ¿En cien años (o includo veinte) la gente aún va a buscar información en algo como Google? Probablemente ni siquiera Google piensa eso.

En particular, no creo que haya ningún límite al número posible de nuevas empresas. A veces se oye a la gente decir: «Todos estos chicos que comienzan nuevas empresas ahora van llevarse una decepción. ¿Cuántas nuevas pequeñas empresas van a ser compradas por Google y Yahoo?». Eso suena inteligentemente escéptico, pero puedo demostrar que es erróneo. Nadie dice que haya algún límite en el número de personas que pueden ser empleadas en una economía consistente en grandes empresas, de movimiento lento y con un par de miles de personas en sus filas cada una. ¿Por qué debería haber algún límite en el número de personas que podrían ser empleados por pequeñas empresas, en rápido movimiento, y con diez personas cada uno? Me parece que el único límite es el del número de personas que quieren trabajar tan duro.

El límite en el número de nuevas empresas no es el número que pueden conseguir ser adquiridas por Google y Yahoo, que parece incluso que podría ser ilimitado si vale la pena que esas empresas sean compradas, sino la cantidad de riqueza que se puede crear. Y no creo que haya ningún límite a eso, salvo los cosmológicos.

Así que, para todos los efectos prácticos, no hay límite en el número de nuevas empresas. Los emprendedores hacen la riqueza, lo que significa que hacen cosas que la gente quiere, y si hay un límite en el número de cosas que la gente quiere, estamos muy lejos de él. Todavía no existen siquiera los coches voladores.

7. No te hagas ilusiones

Esta es otra de esas cosas que he estado repitiendo desde mucho antes de Y Combinator. Era prácticamente el lema corporativo en Viaweb.

Los emprendedores son optimistas por naturaleza. De otro modo, no harían lo que hacen. Sin embargo, debes manejar tu optimismo de la misma manera en que se maneja el núcleo de un reactor nuclear: como una fuente de poder que también es muy peligrosa. Tienes que construir un escudo a su alrededor, o te fríes.

El blindaje de un reactor no es uniforme. El reactor sería inútil si lo fuera. Está atravesado en unos pocos lugares para dejar pasar las tuberías. Un escudo de optimismo tiene que estar perforado también. Creo que el lugar para trazar la línea es entre lo que esperas de ti mismo y lo que esperas de otras personas. Está bien ser optimista sobre lo que puedes hacer, pero asume lo peor de las máquinas y de otras personas.

Esto es particularmente necesario al inicio, ya que tiendes a estirar los límites de lo que estás haciendo. De ese modo las cosas no suceden de una manera suave y previsible como pasa con el resto. Las cosas cambian repentinamente, y por lo general para peor.

Blindar el optimismo es más necesario que nunca cuando estás haciendo tratos. Si en tu empresa estás negociando un trato, simplemente asume que no va a suceder. Los VC que dicen que van a invertir no lo harán. La empresa que dice que va a comprar no lo hará. El gran cliente que quiere implantar el sistema en toda su empresa no lo hará. Siendo así, si las cosas funcionan será una grata sorpresa.

La razón por la que advierto a los emprendedores sobre no dejar que su esperanza corra libre no es para salvarlos de decepcionarse cuando las cosas cambian. Es por una razón más práctica: para evitar que apoyen su empresa contra algo que se va a caer, hundiéndolos con ello.

Por ejemplo, si alguien dice que quiere invertir en ti, hay una tendencia natural a dejar de buscar otros inversores. Es por eso que las personas que proponen ofertas parecen tan positivas: quieren que dejes de buscar. Y tú también quieres parar, porque hacer ofertas es un dolor. La recaudación de fondos, en particular, es un gran sumidero de tiempo. Así que hay que forzarse a uno mismo, conscientemente, a seguir buscando.

Incluso si en última instancia cierras el primer acuerdo, será ventajoso haber seguido mirando otras opciones, porque obtendrás mejores condiciones. Las ofertas son dinámicas. A no ser que se esté negociando con alguien inusualmente honesto, no hay un único punto en el que dar la mano y decir trato hecho. Por lo general hay una gran cantidad de cuestiones subsidiarias a ser aclaradas tras ese apretón de manos, y si la otra parte nota debilidad, si tienen la sensación de que necesitas este trato, estarán muy tentados a apretar los tornillos con los detalles.

Los VC y los tipos de desarrollo corporativo son negociadores profesionales. Están entrenados para tomar ventaja de la debilidad. [8] Así, mientras que a menudo son buenos chicos, simplemente no pueden evitarlo. Y como profesionales que son, hacen esto más que tú. Así que ni siquiera trates de engañarles. La única manera de que un emprendedor pueda tener alguna influencia en un acuerdo es que no lo necesite realmente. Y si no crees en un acuerdo o en que cuaje, será menos probable que dependas de él.

Así que quiero plantar una sugestión hipnótica en tu cabeza: Cuando escuchas a alguien decir las palabras «Queremos invertir en ti» o «Queremos comprarte», quiero que la siguiente frase que aparezca automáticamente en tu cabeza sea: «No te hagas ilusiones». Sólo sigue gestionando tu empresa como si no existiera ese acuerdo. Nada tiene más probabilidades de hacerlo realidad.

La manera de tener éxito en una nueva empresa es centrarse en el objetivo de conseguir una gran cantidad de usuarios, y seguir caminando rápidamente hacia él, mientras los inversores y compradores se arrastran al lado, tratando de agitar dinero en tu rostro.

Velocidad, no dinero

Por la forma en que lo he descrito, emprender suena bastante estresante. Lo es. Cuando hablo con los emprendedores que hemos financiado, todos dicen lo mismo: sabía que iba a ser difícil, pero no pensaba que sería tan duro.

Así que ¿por qué hacerlo? Merecería la pena soportar mucho dolor y estrés a fin de hacer algo grande o heroico, pero, ¿sólo para hacer dinero? ¿Es hacer dinero algo realmente tan importante?

No, en realidad no. Me parece ridículo cuando la gente se toma demasiado en serio el negocio. Considero el hacer dinero como un recado aburrido que hay que quitarse de en medio tan pronto como sea posible. No hay nada grande o heroico en emprender per se.

Entonces, ¿por qué me paso tanto tiempo pensando en nuevas empresas? Te voy a decir por qué. Económicamente, una empresa se ve mejor, no como una manera de hacerse rico, sino como una manera de trabajar más rápido. Tienes que ganarte el pan, y emprender es una buena manera de hacerlo rápidamente, en lugar de dejarte arrastrar toda su vida. [9]

Nos damos por sentados la mayor parte del tiempo, pero la vida humana es bastante milagrosa. También es muy corta. Te dan esta cosa maravillosa y luego puf, te la quitan. Puedes ver claramente por qué la gente inventa dioses para explicarlo. Pero incluso a las personas que no creen en los dioses, la vida les impone respeto. Hay momentos en la mayor parte de nuestras vidas en las que pasan los días en un borrón, y casi todo el mundo tiene una noción, cuando esto sucede, de qu están perdiendo algo precioso. Como dijo Benjamin Franklin: «Si amas la vida, no pierdas el tiempo, porque el tiempo es de lo que está hecha la vida».

Así que no, no hay nada particularmente grandioso en la generación de dinero. Eso no es lo que hace que emprender valga la pena. Lo importante de las nuevas empresas es la velocidad. Al comprimir la tarea aburrida pero necesaria de ganarse la vida, en el menor tiempo posible, le muestras respeto a la vida, y hay algo grande en eso.

Notas

[1] Las nuevas empresas pueden morir a causa de salir con algo lleno de errores que no se arreglan lo bastante rápido, pero no sé de nadie que muriera a causa de salir con algo estable, pero mínimo, muy temprano, si luego lo mejoraba rápidamente.

[2] Es por esto por lo que no sacado Arc. En el momento en que lo haga, voy a tener a la gente encima para que implante nuevas características.

[3] Un sitio web es diferente de un libro o película o aplicación de escritorio a este respecto. Los usuarios juzgan un sitio no como una sola instantánea, sino como una animación con múltiples fotogramas. De los dos, yo diría que la tasa de mejora es más importante para los usuarios que el punto donde se encuentra actualmente.

[4] No siempre debe decirle esto a los usuarios. Por ejemplo, MySpace es básicamente un sustitutivo del centro comercial para esa clase de público. Pero fue más prudente por su parte, en un principio, pretender que el sitio era para bandas de música.

[5] Del mismo modo, no hagas que los usuarios se registren para probar tu sitio. Tal vez lo que tienes es tan valioso que los visitantes deban registrarse con gusto para llegar hasta ello. Pero han sido condicionados para esperar lo contrario. La mayor parte de las cosas que han intentado en la web no merecían la pena. En especial esas que pedían registrarse.

[6] Los VC tienen motivos racionales para comportarse así. Ellos no hacen dinero (si es que hacen dinero) de las inversiones que están en la media. En un fondo típico, la mitad de las empresas fallan, la mayor parte del resto genera rendimientos mediocres, y una o dos hacen que el fondo tenga un éxito espectacular. Así que, si fallan aunque sea sólo en algunas de las oportunidades más prometedoras, podrían hundir todo el fondo.

[7] La actitud de un corredor de fútbol americano no se traduce al europeo. A pesar de que se ve muy bien cuando un delantero regatea a varios defensores, un jugador que persiste en hacer este tipo de cosas lo va a hacer peor a largo plazo que quien pasa el balón.

[8] La razón por la que Y Combinator nunca negocia valoraciones es que no somos negociadores profesionales, y no queremos serlo.

[9] Hay dos maneras de hacer el trabajo que amas : (a) hacer dinero y, a continuación, trabajar en lo que te gusta, o (b) conseguir un trabajo en el que se te paga por hacer cosas que amas. En la práctica, las primeras fases de ambos puntos consisten principalmente en momentos poco edificantes, y en (b) la segunda fase es menos segura.

Gracias a Sam Altman, Trevor Blackwell, Beau Hartshorne, Jessica Livingston, y Robert Morris por la lectura de los borradores de este artículo.

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