7 consejos para reducir los costes energéticos y de electricidad en su negocio

Consejos para reducir costes de electricidad

Uno de los retos más importantes en muchos negocios en estos tiempos es la subida de costes. Eso obliga a repercutir en los precios, reducir márgenes y, en general, disminuir las ventas.

Y uno de los costes que más se está notando es el de la electricidad. A nivel mundial, están desorbitados por razones que, ahora mismo, no vienen al caso. Pueden ser más o menos coyunturales o no, pero, sea como sea, influyen en el día a día.

Por eso, es importante saber qué podemos hacer para reducir esos costes energéticos como sea y aquí hay 7 consejos para bajar la factura de electricidad en nuestro negocio.

Además, gracias a ellos, también tendremos una empresa eficiente y contribuiremos en la lucha contra el cambio climático.

1. Analice y optimice su tarifa de la luz

Este es el punto clave y donde puede haber más margen de ahorro (o por donde se nos puede ir la mayor parte del coste).

La situación del mercado libre eléctrico en España, donde muchas comercializadoras compiten con toda clase de tarifas, hace que tengamos más oferta que nunca.

Debemos aprovechar esa circunstancia, así como la nueva ley de electricidad para reducir los costes todo lo posible.

Eso empieza por analizar bien nuestro consumo y nuestra tarifa de la luz. Puede que gastemos la mayor parte de la energía a unas horas determinadas, o que podamos desplazar el grueso del consumo a otro momento en el que la tarifa sea más favorable.

Del mismo modo, hay contratos que ofrecen tarifas planas, otros en los que puedes seleccionar esas horas en las que quieres que te salga más barata la energía… Sea como sea, este es el primer paso necesario y el más importante. Sin él, el resto de consejos pierden buena parte de su efectividad.

2. Utilice la luz natural en la medida de lo posible

He visitado muchas oficinas durante estos años y algunas estancias, con enormes ventanales por los que entraba el sol de manera generosa, también tenían las luces encendidas.

No tiene ningún sentido.

De hecho, lo ideal sería, si podemos, reubicar las mesas y puestos para aprovechar mejor esa luz natural. Al fin y al cabo, también se ha demostrado que eso contribuye a un menor estrés y una mejor capacidad de trabajo.

3. Instale sensores de movimiento para la iluminación exterior

En el caso de que la empresa tenga un solar, una parte exterior, etc, podemos instalar sensores de movimiento de los que dependa que se encienda y apague la iluminación que tengamos allí.

Es más, la combinación de placa solar en la luz, junto con sensor de movimiento, hará que ya no nos tengamos que preocupar más de esa parte de la factura energética.

4. Sustituya los equipos viejos e ineficientes por otros nuevos y eficientes

La tecnología avanza a pasos agigantados y, en lo que se refiere a un consumo menor de energía, también. Por eso, es importante invertir en equipos nuevos, con calificación de eficiencia energética A y estándares como el Energy Star.

No solo ahorraremos energía, sino que, probablemente, también trabajaremos mucho mejor. Pocas cosas más frustrantes que lidiar con equipos obsoletos.

5. Baje el termostato un grado o dos

El aire acondicionado y la calefacción, además de ser un roce habitual en muchas oficinas y empresas, también supone un gasto importante en electricidad.

La manera más sencilla de reducirlo, es bajar un grado o dos el termostato de la calefacción en invierno y subirlo un grado o dos en verano.

Ahorrará dinero y energía sin afectar al nivel de confort, ya que esa diferencia de temperatura apenas se notará en el día a día.

6. Instale nuevos hábitos de apagado de luces y equipos

Otra de las cosas habituales que he visto en los trabajos de oficina es marcharse y dejar las luces encendidas y grandes filas de ordenadores con el salvapantallas.

Hemos de acabar con eso y, de paso, inculcar hábitos de consumo responsable y apagado de luces. Si en una estancia no hay nadie, la luz no tiene por qué estar encendida. Si nos vamos, el ordenador se apaga.

Del mismo modo, pasar por la noche y ver edificios de oficinas con las luces dadas, sin nadie dentro, es algo que siempre me ha fascinado por el derroche sin sentido que supone.

7. Cambie a una iluminación eficiente

Y hablando de iluminación, uno de los pasos más sencillos y efectivos que podemos dar para reducir la factura eléctrica es asegurarnos de que dicha iluminación es lo más eficiente posible.

Eso implica, en la práctica, utilizar bombillas LED para un menor consumo de energía, ya que estas son más eficientes y precisan de menos electricidad para aportar la misma luz que las tradicionales, puesto que pierden muchísima menos energía en forma de calor.

A la larga, también ahorrará dinero a la empresa y no emite sustancias químicas nocivas como otros tipos de bombillas. También tienen una vida útil más larga que las normales, lo que nos ahorra en costes de sustitución.

Como vemos, siempre hay un margen de maniobra para reducir costes, también en la factura energética de nuestra empresa. Puede que, en algunas ocasiones, dicho margen no sea demasiado, pero cuando se trata de negocios, cada pequeño acto suma.

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