Lo que somos y lo que pensamos que somos

Muchas empresas viven enamoradas de sus productos, de lo que hacen. Lo nuestro es lo mejor que se ha inventado desde el pan de molde y si alguien no lo compra el fallo está en ellos.

Es normal, hemos invertido tanto tiempo, tanto esfuerzo y tantas noches sin dormir que la emoción que hemos trasladado a lo que hacemos nos convierte en ciegos y sordos ante cualquier cosa que no sea cantar las alabanzas de nuestro producto y nuestro Marketing.

Entonces viene Google y te desmonta los esquemas…

Recientemente estaba probando una herramienta de Google destinada a conocer qué palabras clave identifica en tu sitio web el todopoderoso buscador y por tanto, a partir de ellas, sobre de qué "piensa" Google que va tu sitio.

Así que lo hago, esperando cosas como Marketing, Estrategias, Empresa, Gestión, etc.

Y aparece parte de eso y otra gran parte de cosas como "oportunidad de negocio", "hacer dinero en Internet" y términos similares.

¿Pero qué…?

Fue lo primero que se me pasó por la cabeza. ¿Cómo puede decir esto? Pero si está bien claro de qué va el sitio web y, sobre todo, está muy claro de qué no va. Sin embargo eso es lo que Google (en su objetividad de máquina fría) ve.

Por supuesto un algoritmo informático como ese, que además no parece muy afinado cuando se trata de resultados fuera del ámbito anglosajón, no es muy ilustrativo, pero encierra una buena lección.

(Aparte de la de que el reflejo de defendernos ante esas cosas es fuerte, como se demuestra en el párrafo anterior).

La manera en la que nosotros vemos nuestro producto y la que lo ven los clientes suele ser muy diferente… y lo que es más importante aún, la que cuenta es la manera del cliente.

Podemos creer que el producto de nuestra empresa es el mejor y que nuestro Marketing es estupendo, pero eso no sirve de nada si no coincide con lo que el cliente piensa.

Si, aunque sólo sea por unos momentos, podemos alejarnos un poco y mirar con perspectiva lo que hacemos, de manera objetiva, puede resultar una experiencia muy reveladora, podemos ver los puntos débiles y corregirlos y, sobre todo, podemos encajar lo que hacemos con lo que los clientes quieren realmente, que es la fórmula para no tener que estar machacando y rogando en las ventas.

Pero una madre/padre acude al colegio, el profesor le dice que su hijo es revoltoso, no atiende y no respeta la autoridad. ¿La primera reacción? Defenderse, negar todo eso, recalcar que nuestro hijo es el mejor (por mucho que no pare de gritar y molestar a quien hay alrededor) y marcharnos frustrados y más convencidos de que ese profesor no sabe lo que dice y es un incompetente.

Similar reacción podemos tener fácilmente en el caso de que ese hijo sea nuestro producto o empresa y ese profesor el cliente. Es natural, porque estamos tan apegados, hemos puesto tanto en juego, que no podemos admitir otra cosa. Resultaría muy doloroso.

Hace poco escuché a un escritor y emprendedor hablar de cómo los verdaderos profesionales aman su trabajo pero no se apegan a él tanto como para identificarse completamente (interesante la diferencia entre amar y apegarse) sino que son capaces de distanciarse y ver las cosas con perspectiva.

Al fin y al cabo no hacemos lo que hacemos para nuestra satisfacción personal solamente, sino para solucionar un problema, y si no lo estamos haciendo, algo falla entonces y ningún cliente va a querer saber nada de nuestra empresa por mucho esfuerzo y mucho marketing que empleemos.

La solución pasa por conocer lo que realmente piensan los usuarios y clientes. Y duele.

Duele, pero es la única manera y cuando lo reconoces, te adaptas y entonces vas encajando mejor la oferta en lo que quieren los clientes, y vas recibiendo cada vez más opiniones positivas… entonces es una experiencia que hace olvidar con creces el posible dolor anterior.

Si se produce ese dolor es necesario como el que causa el cirujano que corta para operar, es necesario para luego obtener un bien mayor.

De un tiempo a esta parte los mecanismos para recibir opiniones y feedback de clientes y usuarios han aumentado en Recursos Para Pymes, y la respuesta es tan reveladora que ha merecido mucho la pena. Por eso esta misma semana se van a poner en marcha más mecanismos todavía…

Por experiencia funciona, así que es posible que si ha leído hasta aquí es porque el tema le interesa y quiera probarlo, abramos los oídos, recojamos opiniones, no es difícil, cada uno puede hacerlo de distintas y sencillas maneras según su actividad, pero la cuestión es que si tenemos dos orejas y sólo una boca es por algo 🙂

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