En todo este tiempo como emprendedor siempre he intentado ver cómo podía optimizar mi tiempo, aumentar mi capacidad de trabajo, ser más eficiente con el mismo y, sobre todo, disfrutar.
En mis primeros pasé por etapas de días demasiado largos, lista de tareas inacabable y la sensación de no avanzar. Y lo que es peor, mi cabeza no desconectaba para nada. Siempre dando vueltas, incapaz de tener una sensación de logro y un ocio que sirviera de verdad para recargar pilas. De hecho esos momentos de ocio me hacían sentirme culpable, pensando todo el rato en lo mucho que me quedaba por hacer.
Lo principal que aprendí para terminar con eso está reflejado en el libro Productividad Total, que pueden descargar gratis todos los usuarios Premium.
Pero lo cierto es que por el camino también me encontré con algunas técnicas de productividad francamente extrañas, pero que funcionaban muy bien.
Con el tiempo mi nivel de prejuicios ante las cosas ha descendido, de modo que si veo que alguien hace o me propone algo que no me parece una insensatez total, y no voy a perder mucho, entonces la pruebo por raro que parezca.
Y si no obtengo rendimiento, pues lo dejo, no pasa nada. Pero una de las cosas que he aprendido es a callar esa voz que de antemano siempre dice que algo nuevo es una tontería, o no va a funcionar.
Supongo que tras ver lo rentable que es probar en el tema del Marketing, poco a poco lo he ido aplicando a otras facetas de emprender.
Así que si quiere saber cuáles son algunas de las cosas más raras que me dan resultado aumentando la productividad, siga leyendo. Le recomiendo de veras que las pruebe y, si no funcionan en su caso, no pasa nada, no las use, pero que no le pase como a mí que más de dos veces me he perdido cosas importantes por desecharlas de antemano con mis prejuicios y mi cerrazón a lo nuevo.
Escuchar «Binaural Beats»
Esta es una de las cosas más extrañas que va a escuchar en su vida, pero no es magia, es ciencia, y voy a intentar explicarlo lo mejor que sé.
Nuestro cerebro está emitiendo constantemente ondas con distintas frecuencias. Normalmente son ondas beta, cuando estamos relajados pasa a emitir ondas alfa, al dormir son ondas delta… probablemente habrá oído algo sobre el tema y cualquier electroencefalograma las puede observar y medir.
Ahora, el truco es el siguiente. Desde 1839 en que Heinrich Wilhelm Dove los descubrió, los Binaural Beats, o ritmos binaurales fueron una curiosidad hasta 1973, momento en que se publicó un estudio al respecto en la revista Scientific American llamado Auditory Beats in the Brain.
Para ir directamente al grano. Cuando por un oído se envía un sonido a una determinada frecuencia y por el otro oído se envía otro sonido con una frecuencia un poco por encima o por debajo del primero, para compensar y poder «oír correctamente» esos estímulos diferentes nuestro cerebro comienza a crear un tercer «casi sonido» o «beat binaural».
Y he aquí la cuestión, cuando esas frecuencias están dentro de una de las ondas cerebrales, el «beat binaural» creado por nuestro cerebro también está en esa onda y provoca un fenómeno de entrainment (o resonancia, a falta de mejor palabra) mediante el cual el resto de ondas emitidas tienden a igualarse a la frecuencia.
¿Cómo?
No se preocupe si no lo entiende del todo. En la práctica quiere decir que, si por ejemplo el cerebro se ve obligado a generar un «beat binaural» dentro de la frecuencia Alfa, pronto una mayoría de onda cerebrales comenzarán a emitir en esa misma frecuencia.
En definitiva, mediante los «beats binaurales» adecuados se puede inducir a nuestro cerebro a que entre en el estado que deseamos, normalmente un estado favorable (alfa para relajarnos o gamma para una actividad mental elevada, como la necesaria a fin de resolver problemas…).
Como siempre pasa con estas cosas más de uno las ha aprovechado para decir que con eso se puede dejar de fumar, convertirse en un maestro de meditación sin hacer nada, etc. etc.
Tonterías, pero lo cierto es que se trata de un fenómeno probado y científico, que aunque ha sido estudiado no ha recibido todavía una atención total y eso hace que muchos aprovechen para realizar un montón de afirmaciones que no son reales. Pasa con todo.
«¿Y a mí qué todo ese rollo?». Estará pensando.
Pues que es posible acceder a través de Internet a esa clase de sonidos que tienen una diferencia de onda entre el canal derecho y el izquierdo y que por tanto son capaces de generar «beats binaurales» en nuestro cerebro con la frecuencia deseada.
En definitiva, que puede hacer que su cerebro se relaje o trabaje más atento con unos auriculares y esos sonidos.
Cuando me lo comentaron, y escéptico como soy, los probé sin mucho convencimiento. No sé muy bien si todo lo que alegan que puede hacer es cierto pero algo hay, no puedo negar que funciona, no resuelve todos los problemas ni hace el trabajo por nosotros, pero realmente en ocasiones induce estados apropiados para afrontar esa hoja en blanco, reunión ante la que estamos nerviosos o solución a un problema que no encontramos por ninguna parte.
IMPORTANTE: Para poder producir el efecto se tienen que escuchar con auriculares, para que así se puedan enviar eficientemente las señales adecuadas a cada oído en distinta frecuencia.
¿Cómo encontrarlos? Google es nuestro amigo, busque «free binaural beats» y encontrará por todas partes sonidos para descargar, escuchar en streaming (en Youtube, de hecho, hay) y para conseguir los más diversos estados.
Igualmente el sonido es como un pitido o similar, que mucha gente no encuentra muy agradable, de manera que lo que se suele hacer a veces es insertar sonidos agradables o «ruido rosa» como olas de mar y similares.
Y no, no estoy todo el día, ni mucho menos, con los auriculares puestos. Pero de vez en cuando los escucho y algo tienen, además me parece una de las cosas más curiosas con las que me he encontrado en el tema de la productividad y el desarrollo de un mejor trabajo.
Y esto no es lo único curioso que ha aumentado mi productividad y me ha permitido realizar un mejor trabajo…
Trabajar de pie, especialmente las reuniones
Sé que mucha gente trabaja de pie por la naturaleza de su tarea, pero yo, personalmente, siempre he tenido que desarrollar mi actividad entre ordenadores, mesas e informes. Lo cual implica estar sentado muchas más horas de lo recomendable.
De hecho aún recuerdo con poco cariño la silla de mi primer trabajo en una ONG como economista. Me dejó la espalda machacada a base de bien.
Si la mayor parte de su trabajo se desarrolla sentado sabrá lo que es eso, y quizá incluso haya probado toda clase de sillas y accesorios varios, como reposapies, etc.
Para ese tipo de trabajos no sólo la silla es una de las inversiones más importantes que pueda hacer en su empresa, sino que de ella y de la posición que adopte va a depender en gran parte la concentración y calidad del trabajo que desarrolle. Es uno de esos detalles vitales de los que muy poca gente es consciente.
No hace mucho, atendiendo a uno de mis mentores sobre productividad, comentó el tema de trabajar de pie, él mismo lo hacía, tenía un puesto informático adaptado a este menester.
Así que, cansado de probar toda clase de asientos y técnicas (como levantarme cada cierto tiempo y moverme, lo cual le recomiendo encarecidamente) decidí probar a trabajar de pie. Para ello tuve que adaptar mi puesto de trabajo habitual y así dije adiós a la silla.
Las dos primeras semanas fueron un calvario, no lo voy a negar.
Partes de mi espalda que ni siquiera sabía que existían comenzaron a dar señales de que aquello sólo parecía otra de las estrambóticas ideas que a veces me da por aplicar.
Pero perseveré (ya fui avisado de que mi espalda se rebelaría a los cambios) y el resultado es que al menos 3/4 de jornada trabajo de pie y me encuentro más proactivo, más concentrado y con mejor postura.
No voy a ser tan radical como este mentor que afirmaba que las sillas habían sido uno de los peores inventos de la historia, pero es cierto que el cuerpo humano no está hecho para estar sentado, sino para moverse por el bosque y sostenerse sobre dos piernas. Al fin y al cabo son miles de años de evolución contra unos pocos años de modo de vida sedentario.
Personalmente trabajar de pie me funciona y como curiosidad no soy el único que ha practicado esto: Ernest Hemmingway, Thomas Jefferson o Donald Rumsfeld (no sé si este es buen ejemplo) son algunos de los que también lo hacían así.
El avance para mí ha sido mejor postura, mayor productividad en lo que hago y una mayor concentración y actividad. Hay estudios que dicen que usar un puesto de trabajo de pie producía un incremento de entre un 10% y un 66% de productividad, pero hay veces que ya se sabe cómo son los estudios.
Lo que sí están corroborando los estudios es que trabajar sentado es el nuevo tabaquismo. Así que, si se ha planteado probar esto es lo que le recomendaría
Antes de nada no soy médico ni lo pretendo, si tiene problemas de espalda, varices o piernas, consulte con un médico si es necesario. O si le duele de manera que no le deja trabajar, obviamente es una señal de que no es para nosotros. El cuerpo es sabio y los doctores también.
Si trabaja con ordenador tenga el monitor a la altura de la cara de manera que el cuello no esté inclinado mucho tiempo, el teclado a la altura adecuada, si tiene que estirar los brazos o encogerlos demasiado para teclear será peor.
Hay algunos reposapiés hechos para quien tiene que estar de pie en una cocina, he ahí nuestra nueva “silla” para trabajar de pie. Usar uno de esos al trabajar de pie descarga mucho peso y tensión innecesarios. Si no tiene o encuentra, un cojín adecuado puede ser un buen sustituto para pisar.
Sea consciente de su postura, especialmente los primeros días, tendrá tendencia a dejar demasiado peso durante demasiado tiempo en un solo lado del cuerpo. Céntrese y flexione un poco las rodillas para que el centro de gravedad se desplace al vientre.
No esté todo el día de pie, altérnelo con periodos sentado y de movimiento.
Lo que mejor funciona no es estar siempre de pie o sentado, sino el equilibrio y moverse de vez en cuando.
Controlar el tiempo empleado en cada tarea
No me refiero aquí a técnicas Pomodoro y similares, sino a controlar exactamente cuánto tiempo se dedica a cada tarea.
Mi recomendación es realizarlo mediante la herramienta gratuita Toogl.
Esto tiene varios efectos psicológicos, uno es el de gamificar las tareas y retarte a hacerlas en un tiempo determinado, o superar tus anteriores récords.
El otro efecto es el de dejar de perder el tiempo inconscientemente en tareas que no sirven.
Tom Morkes de Insurgent Publishing publicó un informe en el que concluía que el uso de Toogl produjo un 238% de incremento de la productividad. Y no, no estoy afiliado de ninguna manera con esa herramienta, pero me parece muy útil.
Le aseguro que, aunque el uso del tiempo no parezca un cambio radical, funciona, y mucho.
Use sin prejuicios estas tácticas de productividad, y le aseguro personalmente que sus resultados se multiplicarán.