Algo diferente de lo habitual…

En este boletín semanal se ha hablado últimamente de precios, estrategias, diferenciarse, objetivos…
Temas importantes sin duda si somos emprendedores, que se intenta además que sean prácticos y accionables, porque la acción es al fin y al cabo lo único que nos va a llevar donde queremos.
Pero esta vez va a ser algo diferente, más ligero, me gustaría dejar un poco de lado esa parte práctica (y un poco árida) de tácticas y técnicas.
Hoy tiene que ver con una habilidad fundamental si somos emprendedores y que, desgraciadamente, es muy fácil que pongamos poco en práctica.

La perspectiva.

Hace no demasiado estaba trabajando en un proyecto importante y, como es inevitable, deseando que saliera bien.
Ya sabe lo que son esos días, dedicas unas cuantas horas más de lo normal, es necesario apretar los dientes y estás deseando que llegue la meta, en parte para ver cómo saldrá todo y en otra parte para que acabe ya y todo vuelva a la "normalidad" (palabra siempre entrecomillada cuando se trata de nosotros los pequeños emprendedores).
Llega el día y, afortunadamente en ese caso, todo sale perfecto y se sobrepasan las expectativas. Un punto a favor, (no siempre es así, pero en ese caso todo bien y proyecto cerrado con éxito).
De hecho unas semanas antes habría dado medio brazo por conseguir menos que ese resultado, había marcado en el calendario y la agenda ese día en rojo con el objetivo escrito en letras grandes.
¿Y qué pasa cuando llega esa jornada de victoria, que en la imaginación parece una de esas metas, con cinta blanca, que cuando atraviesas puedes levantar los brazos y decir "lo he conseguido"?
Pues que a los pocos minutos estaba inmerso en el siguiente proyecto, con objetivos, tareas, planificando…
3 días antes daba lo que fuera por menos de lo conseguido y cuando estás ahí de repente estás como siempre, en marcha, sin valorar apenas ni pararte a ver lo obtenido.
Hay veces que estamos tan inmersos en una dinámica de objetivos, de seguir hacia adelante, de conseguir más y más y no nos paramos a valorar en absoluto lo que hemos obtenido… Toda una lección de perspectiva que cambia sin darte cuenta de un día para otro. Los días de antes parece que conseguirlo va a ser como alcanzar una especie de paraíso y cuando llega… cuando llega a los pocos momentos todo es como antes y estamos en marcha de nuevo.
Entonces, afortunadamente, recordé una habilidad importante para los emprendedores que no se suele enseñar
La habilidad de disfrutar de las pequeñas victorias.
Tenemos muy metida toda una programación mental que nos hace avanzar pidiendo más, más y más. Consigues una meta que ansiabas como agua en el desierto y a los pocos segundos de cruzarla ya ni te acuerdas de lo mucho que la deseabas, no le das importancia, hay mucho que hacer, hay que correr hasta el siguiente punto.
De hecho de aquí a fin de año aún quedan un par de proyectos importantes en Recursos Para Pymes y ya se sabe lo rápido que vuela el tiempo… pero hoy, y aunque sea sólo por hoy, yo personalmente voy a hacer una lista de esas pequeñas victorias conseguidas este año, (por insignificantes que sean) y voy a centrarme un poco en ellas, disfrutándolas y recordándolas (y agradeciéndolas) en vez de tener la vista fijada la vista únicamente en el próximo gran final de etapa.
Siempre las hay, si buscamos esas pequeñas victorias las encontramos, aunque estén enterradas bajo nuestra tendencia (natural y humana me temo) a centrarnos más en lo que todavía no tenemos o en lo que no salió tan bien como esperábamos…
Los objetivos son importantes, si lleva un poco de tiempo siguiendo Recursos Para Pymes habrá visto que es un tema recurrente y que cada dos por tres se comentan tácticas y técnicas para establecerlos y cumplirlos… pero a veces esa dinámica nos ciega, a mí me ha pasado, y la verdad es que es mucho mejor dejar espacio y tiempo para disfrutar de lo conseguido ya y del camino recorrido.
Total, si no hacemos eso, ¿para qué queremos realmente conseguir los objetivos?

Scroll al inicio