5 estrategias para emprendedores ocupados

El pequeño y mediano empresario tiene mucho que hacer y poco tiempo. Una pequeña y mediana empresa es un bebé exigente que demanda el 110% de nuestro tiempo y atención.

Aunque en la mayoría de ocasiones no podamos evitar esa realidad y no seamos como esos tipos de la publicidad tumbados en la playa con un portátil y un daikiri, he aquí 5 habilidades como emprendedor que han funcionado sistemáticamente bien en la práctica para combatir esa agobiante sensación de mucho por hacer y no parecer que lleguemos nunca.

Es muy posible que cualquiera que tenga un negocio propio o esté pensando en ello quiera aplicarlas.

1.- Aprender a gestionar el tiempo.

Cuando uno es un empleado las líneas están bien claras. Horarios, conducta, responsabilidades… pueden gustarnos más o menos pero al menos están bien definidas y sabemos a lo que atenernos.

Cuando nos convertimos en emprendedores todo eso comienza a difuminarse, en muchas ocasiones somos nuestros peores jefes y lo que es una bendición puede convertirse fácilmente en un enemigo insidioso que nos atrapa y, lo que es peor, lo hace sin darnos cuenta.

El día acaba y tenemos esa desagradable sensación de no haber avanzado. ¿Suena familiar?

Uno de los antídotos para eso es aprender a gestionar el tiempo.

La mala noticia es que realmente el tiempo no se puede gestionar, Bill Gates y nosotros tenemos el mismo tiempo disponible cada día, no podemos ahorrarlo ni estirarlo.

La cuestión es que sí podemos gestionar lo que hacemos en ese tiempo y la táctica más efectiva que he encontrado personalmente es la de tener bien claro cuál es la tarea más dura del día y ponerse con ella lo primero nada más comenzar nuestro día como emprendedores.

Sí, no es fácil, no es agradable… pero es muy efectivo.

2.- Priorizar.

No hay nada más común, por experiencia propia y con otros emprendedores, que la lista de obligaciones parece interminable.

A todos pasa y esencialmente el antídoto es priorizar.

Ya sé que todos priorizamos, pero quizá sea mejor recalcar que el antídoto es realmente PRIORIZAR, lo que implica dejar de lado un montón de actividades que, por mucha costumbre que tengamos, realmente no nos están aportando nada. La mayoría de las veces PRIORIZAR consiste en cortar por lo sano con muchas cosas que nos acompañan casi desde el principio de nuestros tiempos como emprendedores.

Es muy fácil dejarse llevar por la rutina y repetir prácticamente los mismos patrones de actividad un día tras otro, pero basta pararse un momento, dar un paso atrás y examinar objetivamente lo que hacemos.

Apuesto lo que sea a que encontraremos una enorme cantidad de actividades que nos ocupan una gran cantidad de tiempo y esfuerzo y luego, realmente, no merecen la pena, no proporcionan más clientes, ni tienen efecto para que nos conozcan más, ni satisfacen mejor a aquellos que ya han confiado en nosotros…

Luego a las importantes, a las que de verdad hacen crecer nuestro negocio, les hemos dedicado media horita los días que estábamos más inspirados.

Demos ese paso atrás, examinemos nuestro día y traigamos las tijeras de podar, seguro que encontramos un montón de cosas sobre las que dar el corte, aunque nos duela a veces.

3.- Poner objetivos claros.

Los objetivos cristalinos son fundamentales para cualquier cosa. Muchas veces nos levantamos y no sabemos muy bien qué pretendemos cumplir hoy, qué queremos conseguir con nuestro plan o por qué hacemos lo que hacemos.

Poner objetivos, con cifra y fecha, es probablemente una de las estrategias mñas efectivas en todo este tiempo como emprendedor.

Un objetivo da sentido del propósito y de la dirección, evita esa sensación de estar caminando y corriendo todo el día pero sin saber muy bien para qué ni para dónde.

¿Cuáles son nuestros objetivos para final de mes? ¿Y para esta semana? ¿Y para hoy?

Poder responder esas preguntas claramente y sin dudar supone una increíble diferencia.

4.- Tener una lista de lo que no hacer.

Estamos acostumbrados a componer listas con las tareas que tenemos que cumplir, pero no con eso que tenemos que empezar a dejar de hacer si de verdad queremos emplear nuestro tiempo efectivamente y dejar de tener esa sensación de no llegar a todo lo que tenemos que hacer.

La mayoría de las veces no son cosas ni siquiera relacionadas con el trabajo, pero todos las conocemos.

Leer ese periódico, contestar ese correo de los amigos, alargar más de la cuenta los almuerzos… si miramos sinceramente es muy posible que podamos apuntar unas cuantas cosas que a partir de ahora no querremos hacer más en nuestros días como emprendedores. La cantidad de tiempo y energía liberados pueden ser increíbles.

5.- Desconectarnos.

No sólo de Internet, sino en general de teléfono o incluso del contacto con otros.

Esto no significa poner un cerrojo en el despacho o convertirnos en seres antisociales, pero cuando estamos con lo prioritario cualquier distracción puede hacer inacabable una tarea.

Hace no mucho leí un artículo de que cuando eras interrumpido en medio de la realización de algo importante normalmente tardabas unos 20 minutos en volver a ponerte con lo que estuvieras haciendo de manera efectiva, recuperando el ritmo y la concentración anterior.

Personalmente pienso que es un poco exagerado, pero la esencia no deja de ser cierta, es increíble lo que se puede avanzar cuando uno está centrado sin interrupción alguna en algo vital para su iniciativa de negocio.

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