Marketing. La importancia de actuar a pesar de los temores

La semana que viene ya estará disponible el libro: “Cómo empezar un negocio”. Por eso, quería mostrar un pequeño extracto de la amplia sección dedicada al Marketing. En ella se explica cómo configurar un sistema de Marketing que funcione en el mundo real, pero hoy me quiero centrar en otra cosa.

Se trata de algo muy importante que no tiene que ver con estrategias, tácticas ni persuasión. Se trata de algo que presenta mucha más dificultad que todo eso para un emprendedor, especialmente uno que empieza.

Actuar a pesar de los temores.

¿Qué tiene esto que ver con el Marketing? Pues lo cierto es que mucho. Tengo la firme creencia, porque la vivo cada día, de que ser emprendedor te enfrenta a los temores que la mayoría de personas se pasa la vida evitando.

El miedo al rechazo y el miedo al fracaso son los dos principales. Otros, como el ridículo, el no ser lo bastante bueno, etc, derivan casi siempre de uno de los dos anteriores.

La cuestión es: si vamos a hacer Marketing vamos a ir cara a cara contra esos miedos y vamos a tener que confrontarlos. Personalmente odio levantar el teléfono y hablar con un desconocido, o me habrá oído decir más de dos veces que no me gusta vender… En el fondo es por alguna clase de temor, lo reconozco. Pero al final hay que hacerlo y lo hago. Si queremos conseguir interesados hay que levantar el teléfono, hacer visitas, poner anuncios e intentar vender, aunque no nos guste.

El objetivo no es eliminar esos temores, porque son inmortales, ni esperar a que se nos pasen, porque entonces esperaremos para siempre. El objetivo es que, a pesar de que están ahí, realizamos otra llamada.

Si tuviera el remedio contra el miedo, ya lo habría embotellado y sería rico, pero no lo tengo y nadie lo tiene. El miedo no va a desaparecer y tampoco es necesario que lo haga, sólo tenemos que evitar que nos deje congelados. No hacer es muchísimo peor que hacer y equivocarse, se lo garantizo.

Si vamos a hacer Marketing vamos a experimentar rechazo y fracaso constantemente. La mayoría de gente ignorará nuestros mensajes y, de los que sí hagan caso, la mayoría no comprará. Es así siempre y es lo normal en Marketing. La buena noticia es que eso que tanto nos aterra es sólo producto de la imaginación.

Pensar que la gente nos echará en cara los fracasos, se reirá de nosotros o creerá que somos un fraude es una consecuencia de creernos el centro del mundo. En los negocios, la gente no nos rechaza por motivos personales y, de hecho, no se acordará de nosotros a los 5 minutos.

Cuando vamos a hacer algo y tenemos miedo pensamos que todo el mundo nos está mirando y esperando para juzgarnos. La realidad es que casi nadie mira ni juzga, no porque seamos buenos, sino porque estamos totalmente absorbidos por nosotros mismos y nuestros problemas. Y si están mirando, le aseguro que se olvidarán enseguida de nosotros. ¿Recuerda al último comercial que intentó venderle algo y usted no quiso? Apuesto a que no, y a que no le dijo que no porque pensaba que era indigno o un fracasado. Es más, seguro que a los dos segundos usted volvió a seguir con sus cosas y se olvidó de él.

Creer que la gente va a ocupar su tiempo en juzgarnos y estar pendientes de lo que hacemos es otro síntoma de que las personas vivimos absorbidas por nosotros mismos. El mundo seguirá girando sin nosotros, que nos rechacen no es nada personal y dura lo que un pestañeo.

Nadie nos está mirando, nadie está esperando que tropecemos para hacer burla… Creer lo contrario es un invento de nuestra mente el 99% de las veces. ¿Tiene miedo? Yo también, y todos. Está bien, así debe ser, ahora actuemos de todas formas y hagamos esa llamada.

[box type=»info»] Este artículo es un breve extracto del libro Cómo empezar un negocio, que puede encontrar aquí.[/box]
Scroll al inicio