Empieza rápido y modifica por el camino. La filosofía para emprender en Internet

Se nos llena mucho la boca con lo de que es más fácil que nunca emprender hoy día, gracias a Internet. Esto es cierto, lo que no está tan claro es que sea una ventaja. De hecho, esto crea una serie de problemas:

  • Gran competencia: debido a las bajas barreras de entrada, todo el mundo emprende en Internet.
  • Enorme cantidad de ruido: todo el mundo está gritando para que compres, lo que hace cada vez más difícil destacar, y además crea un marketing molesto, constante, lleno de estímulos. El problema es que cuando todo el mundo intenta destacar, en realidad nadie destaca. Hoy, más que nunca, es más difícil llamar la atención de un posible cliente.
  • Enorme cantidad de charlatanes: esquemas piramidales, productos de dudosa efectividad, sistemas infalibles para ganar dinero, ganar clientes o, realmente, ganarse una demanda.

Pero obviamente no todo son desventajas, en cada época los desafíos son distintos, los de arriba son algunos a los que nos enfrentamos hoy día, pero hay ventajas. La principal, la capacidad de emprender rápido y, sobre todo, modificar por el camino. De hecho, esa debería ser la filosofía principal a la hora de emprender en Internet.

El mito de que se puede predecir el futuro

Puedes (debes, de hecho) hacer un análisis del mercado al que vas a entrar, puedes preguntar a clientes, a usuarios y a expertos, pero, en realidad, tantas pequeñas cosas juegan un papel a la hora de que una empresa triunfe o no, que no vas a saber lo que ocurre hasta que empieces.

¿Es buena tu idea? ¿Es realmente bueno el producto? ¿Decían la verdad todos esos que te alababan la ocurrencia de emprender cuando se la comentaste? No tienes ni idea hasta que empieces. Emprender, especialmente en Internet, es estar ante una piscina de agua y no tener ni idea de cómo está el agua. Sólo cuando te metas en ella lo sabrás.

Ahora, por eso precisamente, lo ideal es empezar con lo mínimo y modificar sobre la marcha. ¿Por qué? Porque si te pasas dos años refinando un producto, invirtiendo todos los ahorros y comprobando después que el agua de la piscina estaba tan helada como el interés real de la gente, has perdido demasiado tiempo y recursos.

Internet se mueve rápido, por eso es esencial crear un producto básico y que solvente la principal necesidad, para así ir recogiendo feedback real del mercado e ir modificando hasta convertirnos en la mejor solución posible.

En el Método Lean Startup de Eric Ries, eso se llama Producto Viable Mínimo. Tú acudes al mercado con una versión básica y empiezas a recoger el interés y el feedback de la gente.

Aunque esto parezca una filosofía negativa de cara al cliente, es todo lo contrario. Si uno quiere ser el mejor, no hay otra manera que hacerlo así. ¿Por qué? Porque un producto no podrá tener una mejora sustancial a menos que los clientes lo usen, encuentren qué falta y qué sobra en un escenario de uso real y nos lo hagan llegar.

Podemos pasarnos años intentando diseñar el producto ideal en nuestra torre de marfil, que en cuanto entre el contacto con el mundo real, y con aquellos que lo usarán «en batalla» cada día, nos daremos cuenta de que nos perdíamos muchas perspectivas. El tiempo que pasemos aislados en nuestra torre de marfil, intentando diseñar el mejor producto posible en nuestra mente, y sin el feedback de los que lo usarán, será tiempo perdido más allá del que empleemos en dar una solución básica y sólida.

Por eso, es mejor lanzar con lo que tengas, siempre que sea un producto que flote o suficiente, y a partir de ahí, mejorar. Napoleón decía que ningún plan aguantaba el primer contacto con la realidad. Lo mismo ocurre con nuestro producto y nuestra iniciativa.

Nuestra cabeza no es el mundo real. Ella planifica de una manera sesgada, influenciada por miedos, temores, ansias, gustos personales, opiniones de amigos y personas que luego no van a usar tampoco el producto… No vamos a llegar muy lejos así. La prueba de fuego es siempre la realidad, por eso tenemos que encontrar la manera de entrar en contacto cuanto antes con ella. Antes de eso, va a ser imposible salir al mercado siendo los mejores. Es un mito.

Por eso, no esperes más con detalles y con planes al milímetro, sal ahí sabiendo que vas a tropezar y vas a tener que cambiar muchas cosas, sal ahí sin agotar ni invertir todos los recursos, porque habrás de usarlo para hacer esas modificaciones necesarias. Y una vez ahí fuera, escucha, aprende y gira el timón hacia el lugar que te indique la realidad del mercado y de los clientes.

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