El renting de coches como estrategia financiera para pymes

El renting de coches como estrategia financiera para pymes

Todo empresario o emprendedor con un negocio entre manos sabe que todas las decisiones son importantes para mantenerse a flote. En este sentido, el vehículo de la empresa es una de las propiedades más importantes si se pretende seguir una estrategia financiera inteligente. No es casualidad que aumente el número de pymes en las que el renting de coches ha dejado de ser una opción secundaria para convertirse en una alternativa operativa y financiera de primer orden.

¿Quién no ve con buenos ojos disponer de un automóvil de nueva generación o una furgoneta con mayor capacidad, lista para trabajar, de inmediato, cuando se necesita y sin que el flujo de la caja se vea comprometido? Lo que este modelo de renting ofrece es precisamente liquidez, previsibilidad y simplicidad.

Por qué resulta tan útil para pymes el renting de vehículos

Cualquier autónomo o responsable de una pyme sabe lo fácil que es que el dinero quede atrapado, inmovilizado por encontrarse pagando algún activo (vehículos, máquinas, infraestructuras…). Lógicamente, representa una enorme dificultad para invertir en otras áreas que pueden resultar buenas oportunidades e impulsar el negocio.

Sin embargo, el renting permite evitar ese bloqueo, puesto que no figura como un préstamo, simplemente se paga una cuota fija mensual con todo lo que tiene que ver con el vehículo: mantenimiento, seguro, impuestos, asistencia ya están resuelto, y la posibilidad de pedir un crédito, no desaparece.

Esa cuota fija convierte un gasto que podía resultar imprevisible en un coste claro y manejable, sin tener que inmovilizar capital. Es un dinero que se puede dedicar a innovar, a crecer o a reforzar el equipo. Si mañana la actividad cambia, crece, mengua o cambia de rumbo, el contrato se adapta con un cambio de modelo, con la adquisición de otro vehículo o reduciendo la flota. Esa flexibilidad, junto con el control de los gastos, convierte al renting en una palanca de estabilidad verdaderamente apreciada por cualquier PYME.

Previsibilidad y control

Una de las cosas que más estresan a las pymes es encontrarse con los temidos gastos inesperados, ya sea una avería, un impuesto atrasado, un seguro más caro de lo previsto. Con el renting, ese tipo de sobresaltos se atenúan porque se tiene una mayor capacidad económica para afrontarlos. Se sabe que la cuota mensual está ahí y que todo lo relacionado con el vehículo está cubierto.

Además, el contrato se adapta a cada realidad (duración, tipo de vehículo, kilometraje…) Por ejemplo, es posible renovar cada tres años y mantener siempre un parque nuevo y eficiente, o se puede elegir un modelo más grande cuando se hace necesario transportar mercancía y cambiar luego a un coche más pequeño y ajustarse de nuevo a la actividad habitual. Y, en ese escenario, opciones de renting de coches para empresas de OK Mobility se presentan como una alternativa práctica al ofrecer diferentes tipos de vehículos, contratos adaptados a pymes y autónomos, tanto para turismos como para furgonetas. Esa combinación de servicio y flexibilidad aporta al empresario la sensación de que “todo está bajo control”.

Comparar para decidir

De forma general, existen tres formas de tener un vehículo de empresa: comprar, hacer leasing o contratar renting. Cada uno tiene sus ventajas, pero también sus compromisos.

  • Con la compra del coche, se paga de golpe o con financiación, el activo en propiedad asume la depreciación, el mantenimiento, la venta futura…
  • Optar por el leasing implica pagar cuotas, con opción de compra al final; sin embargo, la carga administrativa y los riesgos contables pueden ser mayores.
  • Si se elige renting solo se paga una cuota mensual, no hay capital inmovilizado, no se vende nada al final, y se tienen los costes de vehículo controlados de antemano.

En la práctica, muchas pymes están viendo que el renting les permite mantener su liquidez, tener menos preocupaciones y centrar sus esfuerzos en crecer, no en administrar una flota.

Casos prácticos que lo ilustran

Pongamos de ejemplo una supuesta empresa de mensajería que necesite seis furgonetas, por lo que el coste inicial, al comprarlas, puede superar los 120.000 €, sin contar mantenimiento ni imprevistos. Con el renting, esa cifra se convierte en una cuota mensual que incluye servicios y evita sustos, de tal modo que se tiene más estabilidad financiera, cero preocupaciones de mantenimiento y el empresario se puede dedicar a cuidar el negocio con mayor tranquilidad, al menos en este sentido.

En el caso de un autónomo comercial que necesita moverse, reunirse, visitar clientes, con el renting, si quiere, puede conducir un coche nuevo cada pocos años, sin tener que preocuparse por talleres o valor residual, y al mismo tiempo deducir fiscalmente la cuota como gasto de la actividad.

Y para una pyme que quiere dar un paso hacia la sostenibilidad, el renting ofrece una forma de llegar a vehículos híbridos o eléctricos sin asumir la inversión de compra. Es una manera de adaptar la flota al presente, sin desequilibrar la tesorería.

En definitiva, el renting de coches es a día de hoy una decisión estratégica de gestión financiera, una acción que permite ser ágil, eficiente y preparado para afrontar imprevistos.

El empresario o autónomo tendrá en sus manos una herramienta que contribuye a planificar, ahorrar y moverte con libertad, es una inversión en control, tranquilidad y crecimiento.

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