Cómo vencer la «procrastinación» (el posponer tareas importantes)

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Este es probablemente el mayor enemigo del emprendedor, el dejar para luego, el posponer tareas importantes que deben ser hechas, es un tema tan crucial que merece la pena que lo superemos de una vez por todas, por eso, he aquí un extracto extenso del material «Productividad Total«, que puede encontrar en la Tienda de Recursos Para Pymes.

Los americanos tienen una palabra muy de moda para este fenómeno: “procrastination”.

Y es un tema tan común y extendido que incluso en español se empieza a usar “procrastinación”, eso da una idea de la importancia de la importancia de este concepto y lo que nos afecta a todos.

En lenguaje que se entienda: es el “dejar para mañana” de toda la vida.

Y ese es precisamente el problema más importante de un emprendedor: “dejar para luego”, porque realmente “luego”, “mañana” o “mejor ocasión” significan realmente una sola cosa: “nunca”.

Ya sabe cómo va, lo dejamos “para mañana” pero cuatro meses después resulta que las cosas siguen sin hacerse.

El hábito del ahora es el más productivo que podamos desarrollar, principalmente porque no hay mejor momento que ese: ahora.

De hecho, no hay otro momento.

El problema es que somos humanos, tenemos muy arraigado el instinto de “dejar para luego”, así que lo primero que vamos a hacer para vencer a nuestro enemigo es conocer un poco más sobre él.

Para empezar, no dejamos para luego porque seamos vagos o incapaces de planificarnos, dejamos para luego porque somos algo débiles en presencia de un impulso y los humanos no somos muy buenos prediciendo el futuro.

Uno de los elementos que entran en juego a la hora de dejar para luego es lo que se llama el “descuento hiperbólico”, es decir, que creemos que en el futuro seremos más capaces de lo que somos en realidad, sobrevaloramos nuestra capacidad de hacer las cosas “mañana”.

Es decir, hoy no estamos de humor, pero mañana nos vamos a poner con todas nuestras fuerzas, así que mejor lo dejamos para el lunes, que empezamos de cero y parece mejor momento.

Pero en nuestra cabeza pintamos el futuro mejor de lo que es, porque somos terriblemente malos para predecirlo, ya que, en realidad, llega el lunes a las 8:00 de la mañana y es tan buen o mal momento para empezar las cosas como ese miércoles a las 17:13.

Igualmente tendemos a valorar mal las cosas en el tiempo, cuando queremos resistirnos al impulso de quedarnos un rato más en la cama, respecto a levantarnos y trabajar porque un día ese proyecto nos dará fama y gloria, lo cierto es que quedarse calentito entre las sábanas es una recompensa tangible y poderosa, mientras que en nuestra cabeza la recompensa futura de fama y gloria es difusa, su poder escaso, además de que, por supuesto y enlazando con lo anterior, mañana ya nos pondremos de lleno al 100%. Así que de nuevo dejamos para luego.

Durante miles y miles de años evolucionamos considerando la recompensa presente como poderosa y el futuro como nebuloso, nuestros ancestros no se preocupaban de planes de pensiones o construir algo para el futuro, la vida era cruel y breve, si cazabas algo te atiborrabas en el momento, porque es posible que en los próximos tres días no consiguieras cobrar una pieza o llegara el invierno.

Aún arrastramos ese mecanismo y la combinación de lo dicho aquí hace que “dejar para luego” sea un impulso natural.

Sin embargo, no es invencible. Hay gente que es mejor pensando sobre las consecuencias y las recompensas futuras, son aquellos capaces de retrasar la gratificación instantánea en favor de una mayor en el futuro.

Puede que de manera natural no seamos uno de esos, pero al menos nos da una esperanza: se puede hacer algo contra eso, porque mucha gente lo hace.

Y en mi experiencia, tras probar multitud de cosas, hay dos técnicas que he visto funcionar mucho mejor que otras para vencer el “dejar para luego”.

1.- Pulverizar en trocitos minúsculos.

Nos vamos a poner con esa tarea enorme y enseguida sentimos esa ansiedad interna y el impulso de retrasarlo para luego. No le pasa nada raro, tiene una base científica. Según un estudio de los años 20 (de Zeigarnik, un científico ruso) el iniciar cualquier actividad crea una ansiedad psicológica, por eso, para evitarla, nuestra mente lucha y susurra que es mejor dejar la tarea para mañana.

Cuanto más extensa e inabarcable parece la actividad, más ansiedad produce.

Por eso para vencer más fácilmente el impulso de dejar para luego, lo más efectivo es pulverizar las grandes tareas en diminutas tareas irrisorias.

Por ejemplo, el hecho de ponerme con un Plan de Marketing, desde cero, me resulta complicado por mucho que con el tiempo haya simplificado mi sistema. Por eso lo que hago es, en vez de tener apuntada la tarea de “Ponerme con el plan de Marketing” me propongo “Establecer los 2 o 3 objetivos básicos del plan de Marketing” y sólo eso.

Como completar el encargo apenas requiere un poco de tiempo la ansiedad de ponerme con ello es mucho menor. Apenas me va a costar, es sólo hacer esa pequeña labor y he terminado.

2.- El “engaño” de los 5-10 minutos.

Si por cualquier motivo la tarea no puede dividirse en “microtareas” entonces lo que hago es decirme a mí mismo que el objetivo es ponerme sólo 5 ó 10 minutos, y ya está, no más.

Me pongo 5 minutos, incluso contados con un reloj, y si lo consigo me doy por satisfecho, no pido nada más, de manera que esa ansiedad del inicio de tarea es mucho menor, porque sé que cuando el avisador marque 10 minutos, se acabó esa tortura tan terrible que (dice mi mente) es trabajar en la tarea.

Ahora, ¿por qué esta técnica se llama el “engaño”?

El truco de estas dos técnicas es que realmente, cuando funcionan, es cuando esos 5-10 minutos se vuelven 50 y cuando esa microtarea hace que enganches y sigas con otras tareas del mismo proyecto.

Aprendí poco de física pero recuerdo que una cosa siempre tiende a seguir haciendo lo que estaba haciendo, si algo se mueve tenderá a seguir moviéndose y si algo está parado tenderá a seguir parado, es la inercia.

Nuestro enemigo, el “dejar para mañana”, usa esa inercia en nuestra contra porque quiere que sigamos parados, pero ahora nosotros usamos sus propios trucos sucios para pagarle con la misma moneda.

Por muy poca motivación que tenga al principio, el 80-90% de las veces que empiezo con una microtarea de algo, luego sigo trabajando en ese algo “porque ya que estoy…” así que una vez he puesto a mi mente a trabajar en los 2-3 objetivos del plan de Marketing ésta tiende a seguir enfrascada en el tema, gracias a la inercia del impulso que le he dado, así que sigo trabajando en el plan de marketing y me planteo 2 o 3 estrategias de Marketing para cumplir esos objetivos, algo que sólo me llevará otros pocos minutos.

Igualmente el engaño de los 5-10 minutos es que sé que si me pongo esos pocos minutos, luego voy a tener la tendencia de dejarme llevar por la inercia y seguir avanzando por el mismo camino.

Las pocas veces que me paro a los 10 minutos y lo dejo, no pasa nada, el objetivo era sólo ponerme un poco y lo he cumplido, pero la mayoría de las veces, una vez he vencido la inercia inicial y estoy enfrascado 10 minutos en algo, no me cuesta nada aprovechar el impulso, volver al enemigo a nuestro favor y seguir hasta cumplir un periodo de 50 minutos trabajando en el tema.

Además, con las microtareas y engaños de tiempo vas teniendo sensación de avance y logro, ya que has cumplido lo que te has propuesto y esa es una poderosa motivación para seguir, ya que el avance y el logro nos proporcionan recompensas (incluso físicas y hormonales) y queremos más de eso.

Al final ser emprendedor y hacer cosas no es más que saber controlar la inercia. Ponte con tonterías y tendrás la tendencia a seguir con tonterías toda la jornada, ponte con lo importante, aunque sean 5 minutos, y ese impulso hará que sigas por ahí la mayoría de las veces.

El dejar para mañana es algo que nos atacará cada día en muchos ámbitos de nuestra vida, cuando ocurra, no piense, no racionalice, simplemente póngase 5 minutos, no más. Si luego sigue, genial, si no, no pasa nada, no se castigue o la técnica dejará de funcionar.

Conozca mucho más sobre cómo conseguir realmente una Productividad Total y hacer mucho más (y mejor) trabajo, con mucho menos esfuerzo.

1 comentario en “Cómo vencer la «procrastinación» (el posponer tareas importantes)”

  1. ¡Me ha encantado este artículo! Tendré muy encienta las dos tácticas. Otra cita que a mi me ayuda mucho para ponerme las pilas es: «No esperes la motivación para actuar. Ponte a hacer lo que harías su tuvieras motivación». Gracias por el artículo. Para todos los emprendedores, he dado con una comunidad online que está muy bien para compartir experiencias y consejos con otros emprendedores. Espero que sea de vuestra utilidad.
    http://www.conectandoemprendedores.com/
    Un saludo y gracias!

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