Cómo mostrar personalidad para mejorar la efectividad del Marketing sin gastar ni un euro más

Ya he hablado alguna vez de que mostrar una personalidad es una estrategia de Marketing que no precisa dinero y que, prácticamente nadie está utilizando.

¿Mostrar personalidad? ¿Qué clase de estrategia es esta? Parece que es una de esas que quedan muy bien en la teoría, que son el típico discurso que hace sentir bien, pero que no hay manera de aplicar ni sirve en la práctica.

Nada más lejos de la realidad y, de hecho, siempre me arrepiento un poco de no haberla puesto en marcha mucho antes. Bien ejecutada es lo que permite conectar de verdad con clientes que encajan con esa personalidad, creando una relación mucho más leal que utilizando el típico marketing corporativo e impersonal.

Para qué queremos mostrar personalidad en nuestro Marketing

En la práctica, usaremos la estrategia de mostrar personalidad para tres cosas.

1) Usarla en nuestra plataforma social y mostrar que somos un humano que gusta a otros y con el que pueden relacionarse.

Las personas sólo se pueden relacionar con otras personas, no con empresas. Como hemos visto ya, la estrategia de la libreta de contactos es la más importante, pero lo que cuenta no es el número de contactos en la libreta, sino la relación con ellos, que es lo que nos permite ser más persuasivos a la hora de intentar vender.

Y como esa relación sólo puede ser entre personas, mostrar personalidad es lo que nos permite forjarla.

2) Usarla en nuestros materiales de Marketing para destacar.

Con eso conseguiremos ser un “oasis” en medio de un montón de Marketing blando, que repite las mismas frases sin sentido y que no nos llegan dentro.

Muchos libros hablan de que en Marketing hay que diferenciarse, pero no te dicen cómo. Una de las maneras más efectivas es la de mostrar personalidad en nuestros mensajes, haciéndolos diferentes.

Donde los demás ponen sus agotados eslóganes sobre calidad y precio, nosotros les hablaremos como una persona le habla a otra persona.

3) Usarla en nuestros discursos persuasivos, negociaciones y demás actividades de Marketing cara a cara.

No podemos gustar a todos y jamás debe ser esa nuestra misión.

Mostrar una personalidad real nos sirve para encontrar a esos pocos que son afines con nosotros y fidelizarlos mucho más de lo que lo consiguen los demás.

Mostrar personalidad es el antídoto contra la saturación

Hoy día Internet ha permitido una plataforma de exposición y comunicación muy barata, de manera que cualquier pequeño emprendedor puede acceder a ella. Tenemos Twitter, Facebook, la posibilidad de tener una web…

El problema está en que, obviamente, ese medio se ha saturado hasta la extenuación, todo el mundo lo hace, con lo que es cada vez más difícil destacar entre la multitud.

Para gustar, es necesario que nos odien en algún lado

Apple tiene una legión de seguidores tan fieles que compraría cualquier cosa a la que le pusieran el logo de la manzana, mientras que hay otros que piensan que sus productos son poco menos que obras del diablo.

La cuestión es, no vamos a destacar intentando contentar a todo el mundo. Tenemos que implicarnos con algo, apostar por ello, encontrar nuestra propia voz e intentar, con eso, atraer a los que se vean especialmente identificados con lo que decimos y con nuestro tono al decirlo.

Personalmente soy un firme creyente en que, a la hora de ser emprendedor, uno tiene que marcar una diferencia, no ir sólo detrás del dinero ni comulgar con ruedas de molino. En mi experiencia, la mayoría de cosas que nos cuentan sobre Marketing, empresa, gestión y dinero no son más que un montón de mentiras que no sirven para nada, excepto para enriquecer al que las cuenta.

De un tiempo a esta parte así lo digo en mis productos, mi web y mis interacciones con otros. Y con eso me gano enemigos y también un público más fiel, que coincide con lo que pienso.

Mi misión no es contentar a todos, sino alcanzar a unos pocos que piensan como yo y, a esos, llegarles bien hondo.

Hace ya bastantes años que me propuse dejar de ser el típico emprendedor salido de la consultoría, con un traje igual que el de los demás y diciendo las mismas frases que no significan nada.

En cierta ocasión me invitaron a una charla para jóvenes emprendedores y le dije al organizador que, personalmente, no creía en ello, que el dinero que se organizaba en esos actos estaría mejor empleado en financiar buenos proyectos. Al final esos eventos sólo eran un montón de gente cobrando por hablar de cosas difusas, sin que los emprendedores que acudían allí sacaran nada práctico.

Y, sorprendentemente me dijo: ”Vale, entonces ve allí y di eso”.

Y lo hice. La sala en la que dábamos la charla se llenó, y hubo de todo, fue controvertido y algunos otros emprendedores de la mesa coincidían en lo que yo decía (otros no, y eso está bien, debe ser así). Sin duda, estoy seguro de que los asistentes se llevaron un par de cosas claras y aún recuerdan aquello.

Por cierto, nunca más me invitaron, podía ver a los patrocinadores en primera fila mirándome con cara de pocos amigos.

Pero la cuestión es que quien destaca y se hace un nombre, es porque ha encontrado un tono que conecta y resuena en otra gente. Se han hecho memorables con lo que dicen y con cómo lo dicen. Y en Marketing, al final, lo que buscas es ser memorable.

Es hora de plantearnos cuáles son los valores por los que apostamos en lo que hacemos, cuál va a ser nuestro tono y exponerlo.

Estoy cansado de emprendedores que, en sus presentaciones, discursos de venta y materiales de Marketing ponen lo mismo que todos los demás, frases vacías que no dicen nada. Estoy cansado de Powerpoints. Creen que así son profesionales impecables, pero sólo suenan como robots, como una mala imitación de grandes empresas en las que nadie confía y con las que nadie se identifica.

Visitas las webs y ves imágenes genéricas debajo de eslóganes genéricos, llenos de palabras desgastadas como calidad, buen precio, excelencia, enfoque en el cliente…

Hablemos como hablan nuestros clientes, no como una nota de prensa de una corporación. Dejemos de intentar ser todo para todos, dejemos de intentar ser esa empresa que ofrece: ”calidad a buen precio”, eso sólo significa que somos como los demás.

Si quiere que su Marketing sea memorable, apueste por algo hasta el final y dígalo claramente, con un tono que se recuerde.

Imagine que usted trabajaba en una inmobiliaria durante la época de la burbuja de los pisos. Imagine que un día vio que a los clientes se les inflaban los precios y se les mostraban casas que nada tenían que ver con la descripción inicial que se les hacía. Puede que se le pasara por la cabeza el pensamiento de que ”si yo montara mi propia inmobiliaria, bastaría con poner márgenes justos y ser sinceros para que acabaran viniéndose conmigo”. Pero muchos decidieron dar el salto y ¿qué hicieron?

Convertirse en un clon de los demás, haciendo que esas intenciones iniciales queden precisamente en eso, buenas intenciones solamente.

Si uno decide poner su inmobiliaria porque un día creyó en lo que pensaba, lo que tiene que hacer es decirlo claramente.

”En esta inmobiliaria no se le roba con las comisiones ni se le engaña con la descripción de los pisos. Así de simple”.

Y a lo mejor ese es el tono que tiene que emplear, aunque suene duro y no sea lo que el resto hace, porque le aseguro que así llamará más la atención que con las de siempre y una foto de una modelo genérica que sonríe.

A día de hoy no queda un incauto bajo el sol que se crea esos mensajes fotocopiados. Y aunque queden, nosotros somos emprendedores, no feriantes.

Imagen por Jacme31

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